sábado, 16 de agosto de 2014

La fiesta del pañuelo

Esta imagen puede llenar muchos televisores a partir de septiembre
Llevamos apenas unos pocos partidos de pretemporada y han saltado diferentes alarmas al respecto de la inmensa cantidad de penalizaciones que se están señalando. Los árbitros han sido encomendados para ser más estrictos que nunca con los jugadores defensivos en lo que se refiere a dos tipos de faltas: holding defensivo y contacto ilegal. La idea es hacerles refinar una vez más su juego para que una vez que comience la temporada regular no se repitan estas "fiestas de pañuelos" que se están viendo de momento.

El problema llega cuando la mayoría de las penalizaciones que se están señalando no dejan de ser más que un producto de la imaginación de los colegiados, quienes parece que cobran un bonus por cada holding o 'illegal contact' que pitan.

Hay dos aspectos por los que no entiendo para nada esta nueva re-aplicación de las reglas:
  • En primer lugar, siguiendo los comentarios de Twitter de Jose Villelabeitia, la NFL no puede escudarse en temas de seguridad para defender este nuevo criterio arbitral. Las faltas que se señalan no son más que roces entre cornerback y wide receiver.
  • En segundo lugar, como comenta también por Twitter Albert Breer, no sabemos a cuento de qué viene esta cruzada contra el juego de los defensive backs. Estamos en la era del "pass-happy offense", llevamos tres años en los que no paran de batirse los récords relacionados con el pase, cada vez se anotan más puntos y cada vez se consiguen más yardas.

¿Dónde está el sentido de seguir beneficiando el aspecto del juego que hoy en día en mejor situación se encuentra? Es absurdo en toda regla. Cuando en 1978 se revolucionó el reglamento para darle más chispa a las ofensivas era lógico. La temporada anterior a ésa hubo más equipos que anotaron por debajo de los 200 puntos (cinco) que los que anotaron más de 300 (cuatro). El líder de yardas de pase fue Joe Ferguson con tan solo 2803 yardas y la media de yardas de pase por partido estaba en la pírrica cifra de 141.9. Avancemos a 2013 donde más equipos anotaron por encima de los 400 puntos (once) que los que anotaron menos de 300 (cinco). El líder de yardas de pase Peyton Manning batió el récord de la liga con 5477 yardas (casi el doble que Ferguson con apenas dos partidos más), y la media de yardas de pase por partido se ha elevado a 235.6.

Os voy a dejar el vídeo de una jugada que ejemplifica a la perfección lo que comentamos. Es del partido entre Chicago y Jacksonville del pasado jueves:


Fijaos como se pita una falta cuanto menos rigurosa, el contacto que se produce es tan culpa del defensor como del receptor. Lo que más irrita de la acción es que el quarterback se cae en su "dropback" y recibe un sack sin llegar siquiera a mirar a sus receptores. Lo que debería ser cuarto down se convierte en primer down automático por un contacto que nada tiene que ver con la acción del juego. Así hemos visto más de una situación, el ataque se ve premiado con un primer down en una jugada en la que realmente debería haber resultado penalizado por sus propios errores.

¿Hasta dónde y hasta cuándo va a continuar la NFL con esta charada? Algunos analistas observan que cuando empiecen los partidos de pretemporada los árbitros echaran el freno a las penalizaciones. Yo no lo tengo tan claro.

Lo que debería haber sido quizás un pequeño toque de atención a nivel interno sobre los Seahawks (cuyo juego al límite del reglamento ha sido más de una vez denunciado) se ha convertido en una misión a bombo y platillo para toda la liga con el escaparate de la pretemporada como escenario. En cierto sentido, justos están pagando por pecadores. No sé vosotros, pero yo no entiendo nada.

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