martes, 25 de octubre de 2016

2016 Semana 7: L vs TAMPA BAY BUCCANEERS 17-34

La temporada 2016 está siendo de lo más dolorosa para los San Francisco 49ers. Sexta derrota consecutiva la cosechada ante Tampa Bay, ofreciendo una imagen muy pobre en todos los aspectos del juego y delante de unos abatidos aficionados que ni siquiera tuvieron energía para abuchear. En los últimos años he escuchado pitos de su propia parroquia a ataques comandados por Peyton Manning y Aaron Rodgers, pero oye, nosotros somos más pacientes con lo que tenemos que sufrir cada semana. Olé por la gente de la bahía.

Por segunda vez este año nos dejamos escapar un partido que abrimos con ventaja de 14-0. El ataque parecía bien engrasado en la segunda titularidad de Colin Kaepernick y la defensa respondía con un stop en 4ª y 1 y luego una intercepción de Gerald Hodges. A partir de ahí se nos salieron las cuatro ruedas y el descarrilamiento fue total. Una jornada más convertimos al runningback rival en una versión moderna de Walter Payton. Tenemos gravísimas dificultades para desprendernos de cualquier bloqueo, la asignación de gaps es nula (hola Nick Bellore) y en cobertura volvieron a aparecer graves lagunas. El novato Rashard Robinson tuvo un día duro en particular, con problemas de comunicación (defendiendo al hombre en jugadas de zona) y superado por completo en su duelo con Mike Evans.

Los equipos malos son aquellos que se procuran sus propias heridas. Los niners lo son este año. Todavía con ventaja en el marcador Kaepernick envió una imperdonable intercepción en un pase lanzado muy tarde. A la vuelta del descanso, perdiendo 17-14, tras una buena y rara serie defensiva, regalamos el balón en equipos especiales. El siguiente drive del ataque volvió a generar otro turnover. Con 44 yardas de campo total Tampa Bay sacó diez puntos más que pusieron el choque en toda franquicia para ellos.

San Francisco encajó más de 500 yardas en defensa por segunda ocasión este año (hay otro choque con 492yds), vamos camino de permitir más de 500 puntos en la temporada por primera vez en la historia del equipo y cerca de 3000 yardas solamente de carrera. Pese a estos escalofriantes números Chip Kelly no contempla un cambio en la dirección de la defensa y parece que Jim O´Neill seguirá siendo el coordinador.

Desde los altos mandos, gerencia y propietario, tenemos el silencio más profundo. Da la sensación que este chorreo de derrotas se tolera como si fuera parte normal de un proceso que nos fuera a llevar a algún sitio mejor. En su día se argumentó que Jim Harbaugh no podía ser el head coach mejor pagado porque no había ganado la Super Bowl. Eso después de llevar al equipo a tres finales de conferencia seguidas y un par de jugadas bien ejecutadas de un anillo. Lo repito y con mayúsculas: POR NO GANAR LA SUPER BOWL. Ese absurdo estándar ahora no parece aplicársele a nadie.

Entramos en semana de descanso. Muchas cosas que organizar y mejorar. Este equipo está en un auténtica encrucijada y solo un inesperado cambio de rumbo puede hacerlo volver a la senda que queremos. Vista la inacción de los grandes responsables de este desaguisado que son los 49ers de 2016 las previsiones son poco halagüeñas.

lunes, 24 de octubre de 2016

2016 Semana 6: L @ BUFFALO BILLS 16-45

Os voy a contar la última vez que Chip Kelly perdió cinco partidos consecutivos como head coach. Fue exactamente, fue... fue... nunca. Así es, en cuatro años en Oregon y tres en Philadelphia lo máximo que llegó a perder fue tres encuentros seguidos, mucho menos cinco. En su etapa universitaria el récord de Kelly fue de 46-7. El entrenador jefe de los 49ers está pisando unas aguas desconocidas, unas aguas tan altas que podrían llegar a ahogarle mucho antes de lo deseado. Pero esta historia no va sobre Kelly, trata sobre el futuro de una franquicia que deja más signos de preocupación cada semana que pasa y cada derrota que acumula.

¿Qué podemos decir de una defensa que se suponía que sería el referente del equipo en el tiempo que se reconstruía la ofensiva? Con mucho material valioso invertido en el draft la expectativa era de una unidad que sin ser dominante fuera capaz de ponerle las cosas muy complicadas a su oponente. Tras seis partidos la defensa de San Francisco es penúltima en puntos concedidos, la nº 27 en yardas encajadas y la peor de la NFL contra la carrera. La diferencia con la siguiente peor "Run D" es abismal, más de 27 yardas de promedio (Miami). Las bajas de NaVorro Bowman e Ian Williams pesan mucho pero ni de lejos pueden justificar este descalabro. El domingo contra Buffalo se alcanzó la fosa más profunda, una que llegó hasta las 312 yardas vía terrestre. No podemos hablar de placajes fallados, la mayoría de las grandes jugadas de los Bills vinieron en acciones donde los corredores tenían auténticas avenidas para correr.

No somos capaces de deshacernos de los bloqueos, no mantenemos la asignación de "gaps" y para colmo fallamos placajes. En la secundaria tenemos tumbas por defensores. Eric Reid y Antoine Bethea son una sombra de lo que fueron. El puesto de Jim O´Neill como coordinador debe estar a mi juicio más que cuestionado. Una cosa es entender que ha habido lesionados y otra ver como cada semana el ridículo que se realiza supera al anterior.

Como decía las perspectivas de futuro son pesimistas. Para el próximo draft todos contamos con quarterback y un wide receiver para ser elegidos dentro de las tres primeras rondas. Viendo el nivel tan lamentable de la defensa la labor de remodelación del ataque puede que se ralentice. A día de hoy este equipo sigue la estela del decepcionante grupo de Jim Tomsula, no está construyendo cimiento alguno para el futuro.

viernes, 7 de octubre de 2016

2016 Semana 5: L vs ARIZONA CARDINALS 21-33

Cuarta derrota consecutiva de los 49ers que coloca al equipo con un récord de 1-4 idéntico al de 2015 y en última posición de la NFC Oeste. De nuevo los propios errores fueron la tumba para San Francisco que pusieron en bandeja la victoria para su oponente. Con 7-0 arriba al filo del descanso una intercepción permitió a Arizona anotar el touchdown del empate en una jugada de 21 yardas. A la vuelta de los vestuarios Chris Davis perdió un fumble en el kickoff inicial y los Cardinals convirtieron el turnover en siete puntos después de que una tonta penalización en el intento de field goal diera una segunda oportunidad a los de Bruce Arians. Perdiendo 21-14 Blaine Gabbert lanzaba su segunda intercepción de la noche y Arizona ampliaba su ventaja a diez puntos con un field goal que culminaba un drive de seis yardas al inicio del último cuarto. Los Cardinals sacaron 17 puntos (4 extras gracias a la penalización) de los tres turnovers, generando únicamente 41 yardas en esas tres posesiones tras turnover. Inaceptable.

Durante la primera mitad pudimos ver el juego de pase más abierto que ha mostrado San Francisco este año. Múltiples receptores corriendo rutas en diferentes niveles y ofreciendo opciones claras de lanzamiento. El problema es que Gabbert tuvo otro día para olvidar. En dos ocasiones fue incapaz de conectar con un compañero completamente abierto. Cualquiera de los dos pases podría haberse traducido en un touchdown. Para aumentar el desastre, Garrett Celek se dejó caer un balón muy sencillo, coartando lo que iba siendo un drive prometedor. Tres posesiones bien planificadas llevadas al desastre por una mala ejecución. Podéis tomaros esto como queráis, pero una jugada allí y otra jugada allá y podríamos haber llegado al descanso ganando 21-0 con un poco más de acierto de todos.

Gabbert aguantó muchísimo más el balón en este partido que en los cuatro anteriores. Mi sensación es que empieza a ver que su puesto peligra y quiere sacar jugadas que hasta ahora no está produciendo. Por otro lado, también creo que Kelly quería abrir la ofensiva un poco más una vez que los nuevos receptores (fichados hace nada como quien dice) empiezan a sentirse más a gusto en el sistema. Fue otro gran partido para Jeremy Kerley trabajando desde el slot. Este avance en el game plan produjo/pudo producir grandes jugadas pero también llegó a costa de siete sacks encajados, varios venidos no obstante por una muy mala presencia en el pocket de Gabbert, más pendiente de bailar entre defensores buscando una salida que de desprenderse del balón.

Ya lo comentamos la semana pasada. No hay más que rascar en el puesto de quarterback. Y por Dios, no me hablen de Colin Kaepernick a estas alturas. Ese tren hace mucho que salió. Estoy de acuerdo en que habrá que darle una oportunidad visto el desacierto de Gabbert, pero yo quiero en la bahía de una vez por todas un QUARTERBACK. Esta franquicia merece por historial mucho más en la posición más importante del juego. No pido que se hipoteque el futuro por nadie pero sí que de una vez por todas elijamos un proyecto en el draft y no hagamos el papel seleccionando a alguien en 6ª ronda para luego cortarle antes de la regular season en favor del inmortal Christian Ponder pensando aquello de "oh, no creíamos que nos lo fueran a quitar". Hablo de Jeff Driskel y su fichaje por Cincinnati. En 2017 hay que hacer lo que se obvió en 2015 y 2016, darle la solución a un problema que lastra al equipo.

De la defensa no hay mucho que comentar. Una vez vi que Glenn Dorsey era inactivo por sorpresa ya comenté por Twitter que David Johnson nos haría 200 yardas de carrera. No llegó a eso pero sí a conseguir la mejor marca en la NFL este año, 157 yardas. Simplemente había demasiadas bajas a este lado del balón como para pedir milagros. Bien Nick Bellore (GAME BALL para él), un jugador de equipos especiales que dada la oportunidad de ser titular puso toda la voluntad del mundo para terminar con 11 placajes, dos de ellos para pérdida.

Tras el mini-bye toca viajar para jugar en Buffalo el domingo 16. Veremos si lo hacemos con un nuevo quarterback titular. Lo que sí tenemos que ver por el bien de Kelly es un equipo más sólido que no haga lo de los dos últimos encuentros, conceder oportunidades de oro a su rival.

lunes, 3 de octubre de 2016

2016 Semana 4: L vs DALLAS COWBOYS 17-24

Los 49ers vivieron su primer partido igualado de la temporada pero no pudieron sacarlo adelante. Dallas se recuperó de un cuarto inicial en el que San Francisco fue muy superior. Tras abrir una ventaja de 14-0 al inicio del segundo, los Cowboys lograron empatarnos el duelo antes del descanso y una que vez se lesionó NaVorro Bowman impuso su línea ofensiva para hacer correr una y otra vez a Ezekiel Elliott camino de la victoria.

Ésa fue sin duda la mala noticia del encuentro y en realidad la única que debe importar. NaVorro se fue al suelo sin contacto con síntomas claros de haberse roto el tendón de aquiles del pie izquierdo. Es el mismo lado de la rodilla operada aunque en principio una lesión no debe estar relacionada con la otra. A falta de confirmación lo único bueno que podemos decir es que es una recuperación que está al alcance de nuestro capitán si tiene las fuerzas necesarias para realizarla. Desde aquí le deseamos lo mejor.

Sin él la defensa se vino abajo a la hora de frenar la carrera de Dallas aunque ya se estaban viendo síntomas de que el partido se nos escapaba de las manos. Arik Armstead es a día de hoy la única fuente de pass-rush y se está echando mucho de menos a Ian Williams en el centro de la línea pese al voluntarioso esfuerzo de Mike Purcell. En la secundaria Eric Reid se dejó escapar una intercepción al inicio, seguimos sin ver las big-plays que queremos por su parte. Ya van 21 partidos consecutivos sin una INT. Quien sí dejó una grata impresión fue el novato Rashard Robinson del que ya hablamos en pretemporada.

El ataque tuvo un arranque espectacular con sendos touchdowns en los dos primeros drives pero poco a poco fue perdiendo fuelle. Blaine Gabbert corrió hasta en 12 ocasiones en una clara señal que esta semana se ha incidido en que debía conservar más veces la pelota. El problema es que Gabbert no es lo suficientemente atlético (ni por agilidad ni por potencia) para producir al 100% en esas acciones. Más de una vez se vio en un 1x1 contra un jugador mucho más preparado que él.

Con el partido en el alero en el último cuarto salió a relucir (o habría que decir mejor "a deslucir") la faceta pasadora de Gabbert. Primero se dejó un clarísimo touchdown por el camino en un mal lanzamiento sobre Torrey Smith. Poco más tarde escapó del pocket sin motivo suficiente y lanzó corto de las cadenas (y sin posibilidad de YAC para el receptor) en cuarto down. No hay más que rascar aquí. En el próximo invierno hay que atacar la posición de quarterback sí o sí.

Buenas palabras para Jeremy Kerley aportando como receptor y retornador. Mi GAME BALL semanal es para él.

En cuatro días nos medimos a Arizona, equipo que curiosamente llega con el mismo récord que nosotros (1-3) y probablemente sin su quarterback titular, Carson Palmer, por una conmoción cerebral.