lunes, 24 de octubre de 2016

2016 Semana 6: L @ BUFFALO BILLS 16-45

Os voy a contar la última vez que Chip Kelly perdió cinco partidos consecutivos como head coach. Fue exactamente, fue... fue... nunca. Así es, en cuatro años en Oregon y tres en Philadelphia lo máximo que llegó a perder fue tres encuentros seguidos, mucho menos cinco. En su etapa universitaria el récord de Kelly fue de 46-7. El entrenador jefe de los 49ers está pisando unas aguas desconocidas, unas aguas tan altas que podrían llegar a ahogarle mucho antes de lo deseado. Pero esta historia no va sobre Kelly, trata sobre el futuro de una franquicia que deja más signos de preocupación cada semana que pasa y cada derrota que acumula.

¿Qué podemos decir de una defensa que se suponía que sería el referente del equipo en el tiempo que se reconstruía la ofensiva? Con mucho material valioso invertido en el draft la expectativa era de una unidad que sin ser dominante fuera capaz de ponerle las cosas muy complicadas a su oponente. Tras seis partidos la defensa de San Francisco es penúltima en puntos concedidos, la nº 27 en yardas encajadas y la peor de la NFL contra la carrera. La diferencia con la siguiente peor "Run D" es abismal, más de 27 yardas de promedio (Miami). Las bajas de NaVorro Bowman e Ian Williams pesan mucho pero ni de lejos pueden justificar este descalabro. El domingo contra Buffalo se alcanzó la fosa más profunda, una que llegó hasta las 312 yardas vía terrestre. No podemos hablar de placajes fallados, la mayoría de las grandes jugadas de los Bills vinieron en acciones donde los corredores tenían auténticas avenidas para correr.

No somos capaces de deshacernos de los bloqueos, no mantenemos la asignación de "gaps" y para colmo fallamos placajes. En la secundaria tenemos tumbas por defensores. Eric Reid y Antoine Bethea son una sombra de lo que fueron. El puesto de Jim O´Neill como coordinador debe estar a mi juicio más que cuestionado. Una cosa es entender que ha habido lesionados y otra ver como cada semana el ridículo que se realiza supera al anterior.

Como decía las perspectivas de futuro son pesimistas. Para el próximo draft todos contamos con quarterback y un wide receiver para ser elegidos dentro de las tres primeras rondas. Viendo el nivel tan lamentable de la defensa la labor de remodelación del ataque puede que se ralentice. A día de hoy este equipo sigue la estela del decepcionante grupo de Jim Tomsula, no está construyendo cimiento alguno para el futuro.