martes, 31 de octubre de 2017

LA CAÍDA DE LOS BUCCANEERS


El hype es algo que adoro, lo confieso. Me encanta venirme arriba en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. Es un estado de felicidad y optimismo que debería aplicarse a muchas situaciones de la vida. El optimismo es bueno, no dejen que nadie os diga lo contrario.
El hype lo multiplico por tres en el football americano. No me da miedo equivocarme y caerme con todo el equipo, porque eso es lo que ha pasado con los Tampa Bay Buccaneers.

No mientan, aquí, hasta el último de todos ustedes, hace tres meses, estaba deseando ver jugar en ataque a un equipo que rebosa talento en su cuerpo de wide receivers, en los tight ends, en su running back titular y, por supuesto, en su flamante quarterback. Todos nos subimos a un tren el cual esperaba tener su última parada bien entrado el mes de enero. Pero la velocidad de subida del hype es la misma que la de la bajada y, ahora mismo, nadie confía en un equipo que ha sido todo lo contrario a lo que nos esperábamos a principio de temporada. Las críticas comienzan a caer y, como no podía ser de otra manera, el quarterback es el primero que empieza a recibir palos desde todos los lados. "Quien a quarterback mata, a quarterback muere". Lo siento, no me metan en ese saco, los problemas de Tampa van más allá de Jameis Winston.

LA LÍNEA OFENSIVA

Sin ninguna duda, este es el mayor problema del equipo. Es cierto que la defensa no está jugando a buen nivel. Es problemático que un equipo que había terminado el 2016 defendiendo tan bien, y que se reforzó en la off-season de 2017, ahora tenga tantos problemas para detener ataques rivales. La falta de pass-rush, las lesiones en el cuerpo de linebackers y los errores en la secundaria están haciendo sufrir a una defensa que tiene buenos mimbres para haber seguido creciendo, sin embargo, parece que las debilidades se hacen más evidente ahora mismo. El juego contra la carrera es malo, permitiendo más de 100 yardas en cinco de los siete encuentros disputados.

Tres cuartas partes de lo mismo con el propio juego de carrera. No son capaces de establecer un juego por tierra fiable. Las dos veces que han pasado de 100 yardas terrestres, en este 2017, coinciden con las dos únicas victorias que reflejan en su récord. Y no es casualidad.

Cuando este equipo puede correr, se le abre el mejor arma que tienen, el play action. Winston es muy bueno buscando rutas interiores a la espalda de los linebackers. Rutas post, deep in o deep cross son marca de la casa. Mike Evans, Cameron Brate, OJ Howard, e incluso el rookie Godwin, usan muy bien su cuerpo para dominar a unas secundarias que están en inferioridad física con ellos. Sin juego de carrera fiable, estos play actions se vuelven más predecibles. Pero volvamos a la línea ofensiva.

Hasta la fecha, Winston ha recibido 11 sacks y 34 QB hits. Ya no son los números, es la constante sensación de presión que tiene. Ese play action del que hablábamos antes, se vuelve aún más complicado sin protección de pase. La línea defensiva rival tiene demasiadas facilidades para llegar hasta el pasador y Winston lo sabe, lo que le lleva a tomar decisiones que no son nada acertadas.

Además, la lectura de blitzs por parte de esa OL es malísima. Cualquier equipo que manda presión mediante blitzs, tiene un camino sencillo para llegar a Winston.



El lado izquierdo, con Donovan Smith y Kevin Pamphile, está siendo aplastado por las defensas. Es decir, el lado ciego del quarterback es el lado más ineficaz en una línea ya de por sí mala.
Si no son capaces de aumentar la eficacia en esta unidad, los Buccaneers van a seguir sufriendo. La defensa necesita estar en el campo menos minutos de los que está actualmente y eso pasa por una mejora de su línea ofensiva y de impedir tantas yardas terrestre en contra. En Tampa, tienen que correr más, y mejor, y evitar que su quarterback siga siendo tan golpeado.

WINSTON, ¿ESTÁS AHÍ?

En el primer año, a un rookie se le permiten ciertos errores. "Ya aprenderá", te dicen. En el segundo año tiene que verse una mejoría y un crecimiento en facetas donde un rookie falla. Winston, sin duda, lo hizo. Su 2016 fue bueno, nada espectacular, pero nos dejó un sabor a quarterback dominante en el futuro. El talento y el liderazgo están ahí, solo hacía falta que las demás piezas encajasen para que ese ataque dominara a cualquier defensa que se interpusiese en su camino.

DeSean Jackson llegó en la Agencia Libre. OJ Howard y Chris Godwin fueron drafteados y, además, recuperaban a su running back estrella, Doug Martin. Eso, amigos, más Cameron Brate y Maike Evans es un a ofensiva de lujo.

Los Buccaneers anotan algo más de 21 puntos por encuentro. No está mal, pero todos esperábamos más. Esos 21 puntos, con la actual defensa que están mostrando, se antoja poco.

Winston, por números, tampoco es que sea una rémora, pero sí por sensaciones. Lo más sangrante, y lo que más nos llena los ojos cuando vemos sus partidos, es la mala conexión con Jackson. Es una maravilla ver a DeSean Jackson ganar separación en rutas profundas. Lo hace con tanta naturalidad, que parece que flota por el campo. Sin embargo, Winston es incapaz de conectar con él. Overthows, underthrows o, simplemente, situaciones en las que está abierto y el quarterback no lo ve. Ese es el mayor "pero" que le pongo al juego de Winston.

Otro de los problemas de Winston, y que no ha corregido desde que llegó a la liga, es su pobre cuidado del balón. Winston no puede regalar y permitir tantos turnovers. Muchas veces lo vemos arriesgar demasiado o querer completar pases en posiciones que son imposibles. Esto es algo que tiene que arreglar desde ya.

Además, sus mecánicas y sus pies están empezando a resentirse. Esa ansiedad por ver que no subes puntos al marcador y la sensación de estar siempre presionado, hacen que Winston quiera soltar el balón muy rápido, lanzando sin balance, con un back foot horroroso o distribuyendo muy mal su peso. Incluso las lecturas no están siendo las acertadas.


Dirk Koetter y Todd Monken no están haciendo bien su trabajo y ya hay rumores de problemas entre los jugadores y el cuerpo técnico. Falta de confianza en unos y otros. Mal asunto.

Jameis Winston es un quarterback como la copa de un pino, pero no está jugando a su verdadero nivel. La lesión en el hombro tampoco ayuda a revertir la situación. Una lesión en esa parte del cuerpo es muy peligrosa para un pasador e incluso se habla de dar descanso al quarterback para la semana 9. Pero, incluso con esa lesión, el ex de Florida State es capaz de jugar drives como el que tienen en el siguiente vídeo. Por cosas como estas, creo que Winston es muy bueno:


El hype con los Buccaneers se ha disuelto tan rápido que nos hemos quedado con cara de tontos. Con solo dos victorias en ocho partidos,todo hace indicar que la franquicia pueda estar pensando en el año próximo. La línea tiene que ser reforzada sí o sí, porque estamos viendo que por muchas estrellas que acumules en el resto de unidades, si tu corazón, si el alma del ataque, no sirve, todas esas piezas se caen por sí solas. Winston sigue siendo un quarterback para dominar la liga, pero tiene que demostrarlo en situaciones así. Dar un paso al frente, hacer mejor a sus compañeros y conseguir darle la vuelta a una franquicia que no termina de tomar un rumbo correcto desde aquella Superbowl ganada.

Mucho trabajo por hacer todavía.

Rubén Ibeas
@rubenibg

martes, 24 de octubre de 2017

EL NUEVO MONSTRUO DE DOS CABEZAS


Todos recordamos como, en 2016, los Atlanta Falcons maravillaron al mundo con sus dos running backs. Devonta Freeman y Telvin Coleman le daban muchísimo dinamismo a un ataque que era demoledor. Los veíamos acarreando el balón, pero también saliendo del backfield para recibir los pases de Matt Ryan. Así, dominaron a casi toda la liga y solo unos imperiales Patriots y un majestuoso Tom Brady pudieron evitar que se llevaran el anillo.

Las cosas parece que han cambiado en la ciudad de la Coca-Cola. Ahora, no estamos viendo ese poderío ofensivo que eclipsó al resto de contendientes en la NFC, ni ese monstruo de dos cabezas que atemorizaba a la liga. El monstruo, en 2017, lo tiene un rival divisional. Un rival que ha ido pasando por debajo del radar hasta enganchar cuatro victorias consecutivas y auparlos a lo alto de la división en esta séptima semana. Ese monstruo se llama ahora New Orleans Saints y las dos cabezas responden al nombre de Mark Ingram y Alvin Kamara.

Vamos a ver al monstruo en acción.

MARK INGRAM

Versatilidad. Esa es la palabra que define a este ataque desde que Sean Payton llegase en 2006. Jugadores como Bush, Pierre Thomas, Darren Sproles o Chris Ivory siempre han formado un backfield en donde las rotaciones han sido constantes.

La off-season de los Saints empezó muy fuerte. La contratación de Adrian Peterson llenó los medios locales, nacionales e internacionales con la noticia del dúo Brees-Peterson. Muchos pensábamos que un running back así era lo que le hacía falta a ese juego aéreo que tanto y tan bien había funcionado siempre en New Orleans.

Sin embargo, Peterson nunca pudo entrar en un esquema que requería otro tipo de corredor. Los Saints son un equipo que usa mucho más las situaciones zonales que las power run. Peterson es un corredor de poder, un jugador que necesita de muchas I Formations y en las que el fullback esté presente. Sean Payton tenía otra idea para este ataque y el bueno de Peterson tuvo que hacer las maletas y buscarse otro lugar en la liga.

Pero los Saints, en menor medida, también corren las power run y, en su mayoría de veces, es Mark Ingram el encargado de jugarlas. Aunque esto no quiere decir que no lo haga bien corriendo en zona. De hecho, son más las situaciones que juega zone run, ya que es lo que demanda su head coach desde la banda. Ingram es muy potente y capaz de ir muy duro contra el defensor para evitar el tackle. Cuando traspasa la línea de scrimmage es un corredor muy complicado de derribar y con una gran long speed.


Hasta el momento, el ex de Alabama lleva 389 yardas de carrera, promediando 4'4 yardas por acarreo y tres touchdowns. Además, Ingram es muy buen bloqueador en pass-protection, algo que le hace ser muy importante en un equipo que necesita, a veces, de máxima protección para que Brees pueda encontrar esas big plays a Thomas, Coleman o Ginn.


ALVIN KAMARA

La elección de Kamara fue algo sorprendente. A mí, personalmente, me gustaba mucho lo que había visto de él en la universidad de Tennessee. Era un corredor muy rápido, que evita los tackles con asombrosa facilidad y que poseía unas magníficas manos para recibir el balón por aire. Con estas virtudes, Kamara pegaba mucho con el juego ofensivo de Payton, pero ya había dos runing backs en la plantilla llamados a manejar mucho balón. Sin embargo, el talento siempre se abre camino y Sean Payton vio que con este chico las opciones de ese ataque se multiplicaban por dos. Adrian Peterson emprendía el camino hacia Arizona y Kamara se volvía básico en los esquemas de los New Orleans Saints.

Muchos lo catalogan como un runing back receptor, pero es un excelente corredor con el balón en las manos. Se desenvuelve mejor en situaciones zonales, pero es capaz de generar yardas en power run si la situación lo requiere. Tiene una lectura de gaps y de la defensa excepcional. Posee paciencia para que el gap se abra y una explosividad fuera de lo común. Jump cuts, cutbacks, smooth footwork...este chico viene con el pack completo.


Sus estadísticas por tierra, en lo que llevamos de curso, son una muy buenas para un rookie que no se llame Kareem Hunt o Leonard Fournette. Su 6'3 yardas por acarreo es una barbaridad y totaliza 215 yardas en 34 intentos de acarreo. Además, el rookie suma un touchdown de carrera.

EL JUEGO DE PASE

Pero aquí llegamos al meollo del asunto. Ingram y Kamara son dos jugadores con un estilo de juego algo diferente, pero los dos son muy peligrosos para la defensa porque ambos pueden correr con el balón en las manos o salir a recibir el pase. Esto provoca mucha confusión en los rivales. Esa amenaza real en ambos tipos de juego, les hacen ser un equipo muy peligroso en las manos de un pasador élite como es Drew Bress.

Evidentemente, Kamara es mejor jugador en el juego de pase. A él lo podemos ver alineado por todo el campo. Es capaz de jugar desde el backfield, desde el slot o comenzar totalmente abierto. Posee unas fantásticas manos para recibir cualquier tipo de pase. A Ingram, en cambio, es raro verle alineado fuera del backfield, pero, saliendo desde ahí, es muy peligroso. RB screens, checkdowns o rutas flat son sus favoritas y donde más le busca Brees, sobretodo tras play action.


Tras el wide receiver Michael Thomas, Alvin Kamara es el jugador que más veces ha sido buscado por aire del roster de los Saints. Tiene 29 recepciones para 209 yardas y un touchdown. ¿Saben quién es el tercero que más balones recibe? Sí, Mark Ingram. Ingram ha recibido 24 pases para 166 yardas.

En 2013, los Detroit Lions fueron el primer equipo en tener a dos running backs con más de 500 yardas por tierra y más de 500 por aire. Reggie Bush acabó aquel curso con 1006 yardas de carrera y con 506 de pase, mientras que Joique Bell, su compañero en ese equipo, finalizó con 650 yardas de carrera y 547 de recepción.

El año pasado, el monstruo de dos cabezas de los Falcons no fue capaz de generar más de 500 yardas en ambas partes del juego cada uno, pero el nuevo monstruo lleva camino de hacerlo con creces.

Mark Ingram y Alvin Kamara están dando una dimensión distinta a lo que habíamos visto estos últimos años por New Orleans. Los Saints siguen anotando una cantidad ingente de puntos, pero sin poner en peligro la salud de Brees ni su puntería. Ahora van por tierra, y por aire, con sus dos running backs. No los vieron venir y ya les han pasado por la izquierda. Esa división tiene otro invitado más a la fiesta, mucho cuidado con estos Saints.

Mucho cuidado con este nuevo monstruo de dos cabezas.

Rubén Ibeas
@rubenibg

miércoles, 18 de octubre de 2017

FOURNETTE, CON LOS JAGUARS SOBRE SUS HOMBROS



Os cuento un pequeño secreto de nuestra web. Cuando la jornada del domingo se está disputando, Marco y yo vamos decidiendo los MVPs según lo que vemos cada uno, proponemos jugadores a medida que van logrando cosas y terminamos escogiendo a uno. Algo parecido hacemos con El drive de la Semana y con mi artículo escrito, salvo esta vez.

Desde el jueves de la pasada semana, ya sabía de qué quería escribir y Marco, el jefe de todo esto, me dio su visto bueno. Lo tenía claro porque, el protagonista de hoy, es un jugador de esos que no pasan inadvertidos, de esos que son amados y odiados a partes iguales. Yo no soy objetivo aquí, porque desde el primer hand-off que le vi, en su LSU, quedé absolutamente enamorado.

Ya sabéis de quien os hablo, de Leonard Fournette.


ST. AUGUSTINE HIGH SCHOOL

El chico ha tenido todos los focos apuntando hacia él desde que era un niño. En su instituto, Fournette era un gran atleta. Su velocidad le hacía ser uno de los chicos con mejores marcas del país en los 100 y 200 metros, pero lo que realmente hacia bien era correr con un balón de football en las manos.
En su año freshman, Fournette corrió para más de 2500 yardas y 30 touchdowns. Esa mezcla de físico, potencia y velocidad, le hacían ser una "rara avis" dentro del football escolar.
Fue reconocido como mejor runing back de todos los Estados Unidos y, ante la avalancha de peticiones, decidió entrar en el programa universitario de LSU.

LOUSIANA STATE UNIVERSITY

El hype con un jugador así es lo que puede hacer que un chico tan joven pierda la cabeza y se desplome. Tras su primer partido con la camiseta de LSU, muchos lo pensaron. Error.
Fournette, como ya he dicho, es especial. Su debut se produjo contra Wisconsin y los Badgers lo dejaron en 18 yardas en ocho intentos de carrera. Pero esto no es cómo empieza, si no cómo acaba.
En su año freshman, Fournette acabó con más de 1000 yardas de carrera en 13 partidos y con 10 touchdowns en su haber.

En su segundo año universitario, pudimos ver a un dominador absoluto del juego. Consiguió 1953 yardas de carrera y 22 touchdowns en solo 11 partidos. Era, sencillamente, imparable.

El tercer curso en su universidad fue raro. Las lesiones, y una aparente dejadez, pusieron en entredicho a un jugador que había demostrado estar preparado para los profesionales. Mucho se habló de sus defectos. Se decía que no era capaz de leer gaps, si no que atacaba sin pensar. Se dijo que no tenía manos para recibir y que no podría aguantar ese juego tan duro contra jugadores mas hechos en el plano físico. Incluso se hablaba de que no podría adaptarse a varios esquemas de carrera.

Lo siento mucho, pero en estas seis semanas, Fournette ha tirado al suelo todos estos prejuicios.

JACKSONVILLE JAGUARS

Los Jaguars eran el objeto de todo tipo de chanzas y chistes, algo que ellos mismos se habían ganado por derecho propio. Todos los años drafteando buenos jugadores, contratando bien en la Agencia Libre, pero cero resultados a la hora de la verdad.

Además, su quarterback era la diana de todas las críticas. Un número tres del draft que había ido jugando cada vez peor, hasta ser considerado como el peor quarterback de toda la liga en solo tres temporadas como titular. Algo tenía que cambiar y ese algo tenía nombre y apellidos.

Con la llegada de Doug Marrone y de Tom Coughlin, el cambio radical en ataque estaba cantado. Ese excesivo juego aéreo debía ser erradicado y no exponer tanto a un quarterback que estaba sufriendo en cada snap. Cuando les llegó el turno de elección en el draft, lo tuvieron claro, su hombre no podía ser otro que Leo Fournette. Él sería la pieza que cambiaría el ataque. El rookie compartiría protagonismo con la otra estrella ofensiva del equipo, Allen Robinson.

Pero Robinson cayó lesionado en la primera jornada y no va a volver en todo el curso, así que serían los hombros de Fournette los que tendrían que aguantar el peso de ese ataque. Y, hasta ahora, no va mal la cosa.

Todos sabíamos que en formaciones Pro (con el quarterback debajo del center y en formaciones en I), Fournette no tendría problemas. Esa mezcla de potencia y velocidad lo hacen imparable una vez que encuentra la ventana abierta. Siguiendo lead blocks es un tren. Ataca el gap con muchísima fuerza y, una vez que atraviesa la línea de scrimmage y alcanza el segundo nivel, es muy complicado de placar. Si va en velocidad, va a hacer fallar muchos tackles a la secundaria, ya sea por velocidad o por fuerza. Además, su spin move le convierte en una bola de demolición. Choca con el defensor, gira sobre sí mismo y busca al siguiente hombre para volver a chocar.


Todas estas situaciones con el quarterback debajo del center, ha posibilitado el play action, algo esencial para abrir líneas de pase a Bortles. Ya no es tan necesario forzar pases porque la defensa está muy pendiente de las carreras del running back rookie. Cuantos más hombres haya en la caja, menos habrá defendiendo otras zonas.

Pero no solo es capaz de ganar yardas en situaciones de power run. Cuando su equipo juega en zona o desde shotgun, sobretodo en split zones, sabe leer el gap que se cierra y buscar el cutback para atacar el agujero en la línea defensiva. Es cierto que no le vimos mucho en este tipo de acciones en la universidad. Parecía que los cutbacks no los terminaba de leer de manera óptima, pero, aquí, con los profesionales, le vemos jugar esos cortes con mucha más frecuencia, lo que nos hace ver la capacidad de mejora que posee, así como su cantidad de registros en un emparrillado.


También se habló mucho de sus malas manos, algo que nunca terminé de entender. No voy a decir que pueda correr rutas como si fuera David Johnson, pero es de gran ayuda en checkdowns y en RB screens. Sus manos pueden atrapar pases y su velocidad a campo abierto es muy importante para darle una salida rápida a su quarterback. Hasta el momento, ha recibido 15 pases para un total de 136 yardas y un touchdown. No es su tipo de juego, pero, si hay que hacerlo, no tiene problemas en salir a recibir.


Es muy evidente a lo que juegan los Jaguars. Carrera, carrera y más carrera. Esto lo saben todos los equipos de la liga y es algo que no va a cambiar. Al menos este año. El juego aéreo no parece tener peligro y los rivales empiezan a situar hasta ocho hombres en la caja para cerrar cualquier tipo de hueco que pueda encontrar Fournette para acarrear el balón. Aún con todo esto, el rookie promedia 4'6 yardas por intento en 130 carreras. Lleva 596 yardas terrestres y 6 touchdowns, con muchos golpes y con mucho castigo físico, pero no parece que vaya a parar.

La defensa de los Jaguars es el gran activo de la franquicia y empieza a ser temible. Su juego terrestre, con Fournette a la cabeza, le permite al equipo ofensivo mantener la posesión de balón, consiguiendo así que sus compañeros defensivos descansen en el banco para poder seguir rindiendo a ese nivel. Es decir, si ese juego de carrera cae, es muy posible que el castillo se caiga con él. Por eso es tan importante Fournette. Por eso sus actuaciones son vitales. Por eso, sigo perdidamente enamorado de él.


Después de ver este último vídeo, ¿cómo no estarlo?

Rubén Ibeas
@rubenibg

martes, 17 de octubre de 2017

¿A QUIÉN QUIERES MÁS, A PAPÁ O A MAMÁ?


Dime, ¿quién es mejor, Tom Brady o Aaron Rodgers? Esta dicotomía, que tantas pasiones levanta y que genera la que en los últimos tiempos se ha convertido en la discusión más encarnizada en torno a la parroquia de seguidores de la NFL, ha ido tan lejos que ha alcanzado la frontera del conmigo o contra mí, del fundamentalismo, de la peligrosa posesión de la verdad absoluta y negación de cualquier opinión contraria siendo capaz de negar los argumentos más plausibles y válidos si estos desmontan o ponen en duda mi teoría. Es lo que tiene la convivencia de dos dioses de este deporte, capaces de hacernos epatar convirtiendo milagro en costumbre y fabricando una legión de fervientes creyentes con una visión de túnel que en mi opinión desgraciadamente ha simplificado la discusión a dos argumentos tan reduccionistas y excluyentes como "Brady sólo gana por Belichick" y "Rodgers no ha ganado tanto como Brady". A quien necesite seguir en sus trece y refugiado en alguna de sendas trincheras, le aconsejo que deje de leer en este instante; siento decirle que este artículo no le va a interesar. Digo más, probablemente le va a enfadar. Y como esta opinión que pretendo expresar no va a satisfacer a fundamentalistas de ningún bando, ¿para qué llevarse un berrinche? Es mejor evitarlo, así que avisados quedáis.

Tom Brady
Siento mucho decir que entre Rodgers o Brady elijo a Rodgers y Brady. Que mientras muchos pierden su tiempo tratando de desmontar la excelencia del otro, yo procuro disfrutar de ambos. No porque me esfuerce en hacerlo, sino porque simplemente me pasa. Sinceramente, estoy muy cansado de aquellos que quieren arruinar el legado de Tom Brady apoyados en que "tiene a Belichick y un equipo mejor que los demás". Oiga, pues mire, algo habrá tenido que ver Brady en prácticamente dos décadas de excelencia y dominio de una liga que hasta entonces nadie había conseguido dominar de esa manera. Las cinco Super Bowls ganadas, las siete jugadas y las presencias en finales de Conferencia por muy genio que sea Bill Belichick -que lo es- no habrían sido posibles sin Tom Brady a los mandos de la nave; simplemente es así. Y cuando escucho a sus detractores a veces me da la sensación de que Brady para ellos es Trent Dilfer en los Ravens campeones. La sensación de que a Brady le han llevado en volandas, cuando es él precisamente el que ha liderado y sostenido. Ni que de un mero game manager estuviéramos hablando, por favor. Ni que ahora fuéramos a obviar que el bueno de Tommy ha trabajado como un mulo para crecer como jugador a pesar de sus evidentes carencias físicas y que su influjo en los éxitos patriotas fuera algo anecdótico. Este argumento en descargo de Rodgers parece que provoca que a Brady le hayan regalado lo que ha conseguido, cuando eso no es así en absoluto; él ha provocado que pase. Llevado a otro terreno, no creo que sea culpa de Tim Duncan haber caído en las manos de Gregg Popovich, sin el cual, seguramente, no habría logrado los éxitos que tiene y cuando se le considera el mejor ala-pívot de la historia de la NBA, algo que para mí es sin ningún género de duda, nadie aparece para decir "oiga usted, es que Karl Malone tenía una capacidad anotadora muy superior y si a Duncan le pones en otro equipo con otro entrenador y un papel en el que tuviera que asumir un rol más anotador no tendría lo que ha logrado, su condición tiene mucho que ver con un entrenador y un sistema grupal que le han favorecido". Pues evidentemente le han favorecido, como a Brady el de Belichick y los Pats, pero nadie pone en duda la condición de Duncan por esa circunstancia.

Lo cierto es que en todo esto existe un componente muy importante de odio hacia los Patriots. Entiendo que si no te gustan el tema es muy jodido. Los cabrones siempre ganan, arrasan, interceptan en la end zone con la final perdida, protagonizan la mayor remontada de la historia de la Super Bowl, tienen una flor en el culo, quien les desee lo peor la tiene que llevar muy adentro, porque siempre se salen con la suya y ya van cinco Super Bowls. Y además, Tom Brady es guapo y está casado con Gisele Bündchen; es como si estuviera diseñado para ser odiable. Pero si lo que te interesa es el deporte en sí, si te gusta el juego y estas cosas te dan bastante igual como es mi caso, te quedas con que juegan muy bien al fútbol americano y disfrutas viéndoles jugar. Pero lo peor en todo esto es que precisamente con los Patriots y este factor odio es con lo que más se ensucia y se pervierte la habitualmente agradable discusión NFL con la infecta y aburrida milonga del otro fútbol, el soccer, y sus discursos de barra de bar. Creando bandos, cayendo en discursos mediocres y recurriendo a acusaciones triviales. Prueben a alabar a Brady o a los Patriots en alguna retransmisión y verán la cantidad de etiquetas que les colocan, pregúntele al bueno de Andrea Zanoni las barbaridades que tiene que escuchar y leer cada vez que osa decir algo bueno de los de Boston.

Librándonos de esa morralla que nada aporta a un debate que puede disfrutarse de principio a fin si lo que hacemos es hablar del juego y más con dos monstruos como Aaron Rodgers y Tom Brady y yendo ahora al otro lado; sí, Aaron Rodgers no tiene tantos anillos como TB12, sólo tiene uno. Pero además tiene una magia, unas capacidades, un talento que quizás no hayamos visto jamás en la NFL. Sí, jamás. Este tipo convierte el agua en vino y multiplica panes y peces si de fútbol americano hablamos. No nos hace falta contar títulos con los dedos para apreciarlo. Pero a los que le afean su falta de resultados, yo les receto verle en acción y simplemente disfrutar de un jugador que es la epítome de lo mejor que tiene este deporte. Es inteligente, intuitivo, carismático, móvil, capaz de improvisar y se vuelve letal cuando peor parece que se ponen las cosas. Y luego está el carácter ganador... bueno en el carácter ganador creo que tanto Rodgers como Brady son todo lo que se puede pedir.

Aaron Rodgers
Para los que quieren elegir entre uno de los dos estamos en una época que realmente lo pone difícil porque mientras el 12 de los Packers está en un momento cumbre de su carrera, obrando algunas de las hazañas más impresionantes que nos puedan venir a la cabeza, el 12 de los Patriots no hace más que seguir ganando y con los 40 ya cumplidos te obliga a considerar si está en el mejor momento de su carrera; hay que poner en valor su capacidad de mantener en el tiempo tanta excelencia. Hace unos días, después del enésimo drive ganador de Rodgers, Rubén Ibeas e Iñako Díaz Guerra mantenían un debate sobre quién es mejor de los dos, a diferencia de lo que yo suelo estar acostumbrado a leer, con respeto el uno por el otro y con argumentos de peso. Entre ellos destacaba Iñako una realidad: que TB en casi dos décadas sólo ha tenido 3 WR Pro Bowlers, que uno de ellos fue Troy Brown y otro Randy Moss que duró apenas un año por Boston. Bueno, siendo así y sin obviar el detalle de que también ha tenido y tiene a Rob Gronkowski, que puede ser el mejor TE que haya jugado a este deporte... sí, pienso que Brady no ha tenido a un Donald Driver o sobre todo a un Jordy Nelson, pero honestamente opino que tanto Aaron Rodgers como Tom Brady tienen la virtud de hacer mejores a sus receptores. Pienso que es algo muy evidente, que su excelencia facilita la vida a los que buscan los balones que ellos mandan.

Voy un poco más allá y abro el abanico no limitándome a los receptores. Desde 2008, año en que Rodgers alcanzó la titularidad, son 19 los probowlers con los que ha jugado Rodgers: Clay Matthews, Charles Woodson, John Kuhn, Nick Collins, Josh Sitton, Greg Jennings, Chad Clifton, TJ Lang, Jeff Saturday, Scott Wells, Haha Clinton Dix, Sam Shields, Julius Peppers, Tramon Williams, Jordy Nelson, Eddie Lacy, David Bakhtiari, BJ Raji y Randall Cobb.  Por el otro lado, 18 compañeros de Brady han alcanzado el partido de las estrellas en ese lapso de tiempo: Matt Slater, Logan Mankins, Wes Welker, Vince Wilfork, Rob Gronkowski, Stephen Gostkowski, Matt Light, Jerod Mayo, Brandon Meryweather, Devin McCourty, Darrelle Revis, Jamie Collins, Brian Waters, Andre Carter, Aqib Talib, Malcom Butler, Donta Hightower y Chander Jones.

Aunque a priori parezca no haber muchas diferencias, New England ha tenido muchos más múltiples probowlers pero sobre todo en papeles más decisivos. Podemos convenir que en general, sobre todo en los últimos años, el supporting cast del que ha disfrutado Tom Brady es mejor y más completo que el de Rodgers. En gran medida generado, no adquirido y es aquí donde la mano de Belichick se nota sobremanera, pues ha creado muchas maravillas de la nada, mientras Mike McCarthy no tiene esa capacidad. Pero es de justicia decir que entre los que han sido los objetivos de los balones que lanzan TB y AR -salvando el año de Moss- no ha habido Julios Jones, Megatrones ni Antonios Browns. Con una excepción: Brady ha tenido a Gronk y Gronk sí es un jugador de otro mundo. 

Esa discusión entre Rubén e Iñako empezó después del drive ganador de Green Bay en Dallas, otro suicidio de Jason Garrett en forma de un minuto en el crono para disfrute de Rodgers, bueno para que nos haga disfrutar con él. Lo cierto es que viendo después 'El drive de la semana' que nos regaló Marco Álvarez y que sacó las vergüenzas a la defensa de Dallas, vamos a decir que los constantes errores de la zaga de los Boys pusieron de su parte, pero si un especialista hay en encontrar esas rendijas ese es Aaron Rodgers. Bueno, uno... Tom Brady sumó el drive ganador número 50 de su carrera alguna fecha antes ante Houston, que no es ninguna broma.

No sé si también os pasa, pero a mí cada vez que veo alguna de estas exhibiciones de cualquiera de los dos se me pasa por la cabeza "este tío es el mejor, es un mito, es una leyenda" y me pega un subidón muy grande porque me maravilla poder ser testigo de ello. Pero lo que seguro no me pasa es que en ese momento de catarsis me ponga a pesar "¡Pero cómo pueden decir que Brady/Rodgers es mejor que él!, qué va”. Sucede que los dos son algo extraordinario, que es probable que Aaron Rodgers sea el mejor jugador del planeta en este momento, más físico, con más talento, mayor capacidad de improvisación y capacidad de hacer magia; quizás sí –lástima de clavícula rota que nos va a privar de esto durante un tiempo-. Y es probable que Brady haya sumado a su ya de por sí inmenso talento y carácter, esa mezcla de suerte y ayuda que también es muy necesaria para convertirte en el mejor de todos los tiempos. Yo lo veo así, pero si me dais argumentos para defender a alguno de ellos en el otro sentido es muy probable que vuestros argumentos me parezcan válidos. Pero no contéis conmigo para denostar al otro porque os guste uno más, porque a mí me vuelven loco los dos y si tengo que elegir entre papá y mamá no voy a saber por quién decantarme. No contéis conmigo para menospreciar a ninguno de ellos, estaré ocupado disfrutando de los que quizá son los dos QBs que más me han hecho disfrutar de este deporte. Y me siento afortunado de poder ver a ambos cada fin de semana. Os invito a hacer lo mismo.

Iker Sagasti
@sagastiker

martes, 10 de octubre de 2017

¿QUÉ HACER CUANDO LLEGAMOS A RED ZONE?


"Cinco jugadas para gobernarlos a todos. Cinco jugadas para encontrarlos. Cinco jugadas para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas".


No, este vídeo-artículo no va sobre El Señor de los Anillos. Soy muy fan de esta saga, pero no van por ahí los tiros. Hoy quiero hablar de las cinco jugadas que más peligro, en situaciones de pase, han llevado a las defensas en estas cinco primeras semanas.

En el vídeo, os explico en qué consiste cada una de ellas y por qué se juegan. Además de estas cinco, podríamos añadir la fade route y, sobre todo, el shovel pass, que tan de moda está últimamente, pero de éste pase, y de la acción que conlleva, quiero hablar un día más detenidamente.

Vean el vídeo, y quédense con estas jugadas, porque, la semana que viene, las volverán a ver en esos emparrillados.

Rubén Ibeas
@rubenibg

miércoles, 4 de octubre de 2017

EL SECRETO DE MCDERMOTT



En 2011, Sean McDermott fue contratado por los Carolina Panthers para que dirigiera a su unidad defensiva. Al cabo de un año, la defensa de los de Rivera, ya estaba rankeada entre las diez primeras de toda la NFL, y esto siguió así hasta 2015, año en el que su obra defensiva llegó a su culmen, dando una exhibición en los playoffs que llevarían a los Panthers hasta la Superbowl.

Al finalizar 2016, los Bills de Buffalo lo elegían para su enésima reconstrucción, después de que el experimento Ryan terminase como el rosario de la Aurora. Esta reconstrucción ha ido encaminada a convertir al equipo en un hueso duro de roer. Deshacerse de Gilleslie, Gilmore, Darby o, sobretodo, Sammy Watkins, hizo levantar la sospecha de que el propio McDermott estaba tirando la temporada a la basura. Nada más lejos de la realidad. Ahora mismo, los Bills encabezan su división y lo hacen por méritos propios. Con un ataque versátil y eficiente, pero con una defensa que está permitiendo dar ese pasito adelante para que el equipo pueda sacar victorias.
En estos cuatro partidos que llevamos, los Bills han concedido cuatro touchdowns de 43 drives que han jugado en defensa, una autentica barbaridad.

Vamos a ver, un poquito más cerca, el secreto del éxito de estos nuevos Bills

LAS TRINCHERAS

La base del éxito, en un equipo de football, se basa en tener un juego de carrera consistente, un buen quarterback, o uno solvente y que no cometa errores, y unas trincheras que sepan sufrir y que sustenten todo lo demás. En este artículo, nos centraremos en la parte defensiva, por lo que habrá que fijarse en las trincheras de un solo lado del campo. 

Rex Ryan quiso implantar su defensa base 3-4 en un conjunto donde sus piezas se desenvuelven mejor con cuatro hombres en la línea. La defensa que McDermott mostró en Carolina era una 4-3 base con muchas situaciones zonales. Estos Bills son un clon de aquellos Panthers. La mano del head coach, en el aspecto defensivo, es más que evidente.

La línea defensiva, por nombres, provoca mucho respeto a los rivales. Tanto el exterior, como el interior, está compuesto por jugadores de muchísima calidad. Por encima de todos, destaca Jerry Hughes. El defensive end está en su plenitud y lleva cuatro partidos siendo una pesadilla para los tackles ofensivos rivales. Saliendo desde 7-tech es peligrosísimo por su speed rush, pero McDermott también lo sitúa muy abierto, en 9-tech, para que aproveche esa velocidad y juega algún inside move, aprovechándose del temor que infunde a los tackles en el exterior. La pareja que forma con Sylvester Williams en el lado derecho es demoledora. Vemos stunts entre ellos, amenaza de blitz por el gap A para aislarlos en dos por dos contra left tackle y left guard, etc. 


Aquí, con Hughes en wide-9 y atacando el exterior, vemos como el quarterback tiene que moverse de su spot en el pocket para evitar la presión. A su vez, Williams juega un bull-rush frente al guard colapsando el pocket y sin dar una salida al pasador, quien acaba con sus huesos en el suelo.


Otra situación, esta vez del pasado domingo. Aquí vemos el excelente get-off, la explosividad y cómo es capaz de doblar la esquina por parte de Jerry Hughes. Bate al tackle totalmente por velocidad en su pass-rush move favorito: el speed rush.

Pero, el lado izquierdo, no baja el nivel. Marcell Dareus ha tenido roces en el inicio de este año con su coach staff y ha comprobado que su nuevo entrenador en jefe no se casa con nadie, y más viendo el nivel que están mostrando Adolphus Washington y Jerel Worthy. Ambos jugadores son muy sobrios en el juego de carrera, siendo una parte importante de esas 3'9 yardas concedidas de promedio cuando el rival va por tierra. No es una cifra excepcional, ya que se ha visto incrementada por alguna big play que han concedido, pero, en general, se están mostrando muy contundentes a la hora de defender este tipo de acciones. 

Y, al otro lado de Hughes, dos edge rushers que alternan snaps, hablo de Shaq Lawson y de Eddie Yarbrough. Éste último fue una de las sorpresas agradables de la pre-temporada y está dejando las misma sensaciones en los partidos oficiales. Si Dareus mejora su actitud, y se involucra como el resto, estaremos ante de una de las cinco mejores líneas defensivas de toda la NFL. No tengo ninguna duda.

LORENZO ALEXANDER

Todos conocemos a Thomas Davis y el rendimiento que está dando estos últimos años a pesar de ser un jugador ya veterano. Lorenzo Alexander es el hombre que ocupa el papel que hacía Thomas en los Panthers de McDermott. A pesar de sus 34 años, Alexander ha dejado tres auténticos partidazos en estas tres últimas semanas. Está volando, literalmente, por la zona media en el juego de carrera. Lee a la perfección lo que sucede en el backfield, se mueve con el balón y ataca el gap asignado con una dureza extraordinaria. Es cierto que le vemos sufrir un poco cuando tiene que caer en cobertura de pase, pero lo puede solucionar por conocimiento de juego y anticipación. 

Lo vemos jugar en la línea para rushear en el juego de pase, amenazar el gap A y controlando muy bien su gap en el juego de carrera. En el siguiente vídeo, tenemos distintas acciones que nos demuestran toda su versatilidad.


En este vídeo, tenemos tres situaciones distintas del linebacker en el único partido que han perdido los de Buffalo. Las dos primeras acciones son dos stop contra el juego terrestre. En ambos, Alexander lee la entrega de balón y se mueve buscando el gap para atacar al corredor. En la tercera, lo encontramos jugando en la línea y jugando un muy buen spin move para cazar al quarterback.

Ramon Humber se lesionó en el partido del pasado domingo frente a los Falcons y puede ser una baja importante para ellos. Junto a Preston Brown, formaba una pareja de linebackers muy interesante en el medio de la zona defensiva. Se repartían tareas y en cobertura de pase caían muy bien a sus zonas hook cuando les tocaba caer en las coberturas de dos safeties que tan bien juegan los equipos de McDermott. Veremos si Tanner Vallejo, rookie, da ese pasito adelante que creo puede dar por lo que vio de él en mi evaluación pre-draft.

LA DEFENSA DEL JUEGO AÉREO

Cuando tu front-7 domina a la línea ofensiva rival y mantiene una constante presión al quarterback, el trabajo de la secundaria es mucho más fácil. Si, además, en esa secundaria tienes talento, los resultados llegan enseguida.

Los Bills están rankeados como el cuarto mejor equipo en yardas por intento de pase. Los ataques rivales promedian 5'2 yardas cada vez que lanzan el balón buscando a algún receptor. Sin duda, su defensa zonal funciona, como funcionaba en los Panthers.

Sus dos cornerbacks titulares del 2016 ya no están. Gilmore y Darby eran una pareja sólida en una defensa que sufrió bastante el curso pasado. Con la llegada del nuevo entrenador, y la salida en Agencia Libre de Gilmore, la primera ronda del draft fue para uno de los cornerbacks talentosos que salían de LSU. Tre'Davious White era su elección y su hombre de futuro en la posición. Con el trade de Darby a los Eagles, los Bills llenaban ese hueco vacío con otro trade, el de EJ Gaines, un cornerback que se adaptaba perfectamente a defensas zonales. Después de estos cuatro partidos, todo hace indicar que el cambio ha sido a mejor. Gaines domina muy bien su zona flat o 1/3 profunda en las situaciones de Cover-2 o Cover-4. Por su parte, White...¡¡White está jugando de verdadero escándalo!!

El rookie se adapta a cualquier esquema y a cualquier receptor. No es un jugador muy alto, ni muy fuerte, pero esas carencias las solventa por su grandísima técnica individual. Su footwork es una maravilla, sus caderas le permiten poder moverse con los cortes del receptor y mantenerse pegado a él y, además, es muy inteligente jugando. En el vídeo de abajo tenéis tres acciones de un mismo drive en el partido que enfrentó a los Bills con unos Broncos que están dando sensación de equipo aspirante a todo. Podéis ver todo eso que os comenté antes. Footwork, caderas muy ágiles, velocidad y explosividad, así como grandes lecturas de los cortes y de las rutas del receptor, ya sea jugando abierto o desde el slot. Este drive acaba con un tackle de White, en una pivot route de Sanders, para forzar el cuarto down y el consiguiente punt.


McDermott juega mucho en zona, pero está dejando a su equipo en press coverage o fire zones en muchos terceros downs. Sobretodo, su defensa pasa a ser Cover-2 Man, donde los cuatro hombres de la línea presionan, cinco defensores son asignados en individual con los receptores y la zona profunda es ocupada por sus dos safeties.

Mycah Hyde dejó los Packers porque no terminó de convencer a un staff técnico que no parece desarrollar el talento que se escoge en el draft. Hyde alternaba actuaciones catastróficas con momentos oportunos que provocaban turnovers en el adversario. Aquí, en los Bills, lo vemos jugando más veces profundo de lo que lo hacía en Wisconsin. Incluso es usado muchas veces como single high safety. Es su compañero, Poyer, quien baja a la caja o viaja a la zonas hook/flat en las variantes de Cover-3.

Poyer aparece por muchas zonas del campo. Ya os nombré la zona hook, pero vuela a las flat, juega como profundo acompañando a Hyde o puede entrar al blitz en esos esquemas de fire zones. El chico está rindiendo a un nivel muy bueno, como el resto de esa secundaria.

Los Bills no me han sorprendido. Evidentemente, no esperaba el record actual que poseen. Sabía que iban a ser competitivos y que no se iban a dejar llevar, como mucha gente pensaba. Los que hemos seguido a McDermott, en su periplo con los Panthers, sabíamos de su talento como entrenador y de su capacidad para dirigir grupos, cosa que está demostrando con creces en casa de los Pegula.

Para acabar, os dejo la defensa que hicieron en 4th&1 en su victoria en Atlanta. Una particularidad: son tan buenos, que consiguieron parar a este ataque con solo diez hombres en el campo. Un despiste desde la banda, provoca que jueguen con uno menos, pero el buen hacer de Hyde (leyendo los ojos del quarterback y reaccionando a la slant desde el backside) y de White (pegado al receptor para que no se completase el envío) evitan que los Falcons mantengan el drive vivo. Impresionante.


Han ganado a dos equipos que, como ellos, también tienen tres victorias en su casillero y dos equipos que han jugado las dos últimas Superbowls.  Los Patriots siguen siendo los máximos favoritos para terminar en el primer puesto de la AFC Este, pero mientras arreglan sus problemas defensivos, tienen por delante a un equipo que sabe a lo que juega, que ejecuta muy bien las órdenes desde la banda y que domina, de momento, esas facetas del juego que hacen que un equipo de football sea muy difícil de batir: trincheras y defensa. Mucha defensa.

Rubén Ibeas
@rubenibg