lunes, 5 de febrero de 2018

SUPER BOWL LII: Cuando lo improbable se convirtió en memorable

Treinta y ocho segundos para llegar al descanso. Los Eagles ganan 15-12 y tienen posesión del balón en 4ª y Goal desde la yarda uno de su oponente. Doug Pederson sabe que tras la actuación musical del intermedio New England retomará el control de la pelota y de chutar el field goal podría verse eventualmente por detrás en el marcador con un touchdown de los Patriots para abrir el tercer cuarto. De esa misma forma habían finalizado su posesión anterior, que les había acercado a solo tres puntos tras otro mal arranque de partido en estos playoffs.

Pederson mantuvo a su ataque en el campo para el asombro de muchos. Su osadía podía confundirse con inconsciencia. Sin embargo, la jugada que tenía preparada, que venía ensayando enfáticamente durante las dos semanas de previa a la final, nos levantaría a todos de nuestros asientos mientras los jefazos de la defensiva 'Patriot', Bill Belichick y Matt Patricia eran incapaces de mover siquiera los músculos de la cara.

El quarterback Nick Foles abandonaba su puesto habitual al snap para colocarse como "wing" incrustado en la línea de ataque. El novato Corey Clement recibía el handoff y marchaba hacia el lado izquierdo siguiendo los bloqueos de todos sus compañeros de la línea en lo que parecía una jugada de carrera. Pero no lo era. Clement le cedía el balón en 'pitch' al tight end Trey Burton que marchaba en dirección contraria. Acompañando el movimiento de Burton iba el quarterback, Nick Foles, del que todo el mundo ya se había olvidado para recibir en la end zone un perfecto pase de su compañero. Touchdown Eagles, 22-12 al descanso.

Nick Foles completa uno de los touchdowns más increíbles en la historia de la Super Bowl.

El partido distaba mucho de estar terminado, de hecho New England batallaría y pelearía como siempre hace para tomar por fin el mando en el electrónico por un mínimo 33-32 a menos de diez minutos de la conclusión. Sin embargo, la acción que seguramente más se recuerde de esta Super Bowl LII no sea el touchdown final de Philadelphia, sino esta acción improbable donde las haya antes del descanso que representa a la perfección lo que es este equipo que dirige Doug Pederson. Un EQUIPO con mayúsculas. Pensadlo bien. La jugada clave fue ejecutada por el quinto runningback al comenzar la temporada, un chico que nadie quiso elegir en el draft, el tercer tight end próximo a ser agente libre y un quarterback suplente que hace un año meditaba la retirada. Ante el gran ogro de la NFL llamado New England Patriots que buscaba su tercera Super Bowl en cuatro años y con el mejor staff técnico de la competición en la banda.

Pero así son estos Eagles de 2017, inasequibles al desaliento e impermeables a la desconfianza. Perdieron durante la liga a su mejor línea ofensivo, Jason Peters, pero aun así esta unidad fue la más dominante de la NFL. Perdieron a su corredor más productivo fuera del backfield y excelso retornador, Darren Sproles. Perdieron a su mejor linebacker, Jordan Hicks. Perdieron a su kicker y tuvieron que echar mano de un novato que por supuesto nadie eligió en el draft. Y como no, perdieron a su quarterback titular, Carson Wentz, que iba camino de hacer historia al poder ganar el MVP en su segundo año como profesional.

Cuando los Eagles eligieron a Wentz en el Draft de 2016 todo fueron críticas y sospechas. No tenía apenas experiencia, sus rivales en college habían sido una broma, tenía unas mecánicas que le harían fracasar... Los Browns decían que no era uno de los 20 mejores jugadores de su promoción. Para algunos analistas de mucho renombre apenas valía una séptima ronda. Vais entendiendo pues que esta franquicia está más que acostumbrada a refugiarse en sí misma para aislarse de todos los dardos que se le envían desde el exterior.

Wentz jugó de cine a lo largo de la campaña pero cuando se lesionó de gravedad una rodilla y tuvo que saltar al campo Nick Foles las aspiraciones de Philadelphia desaparecieron. O eso se pensaba. Hasta sus aficionados temían lo peor. No importó ganar el seed 1. En playoffs divisionales los Eagles abrieron como "underdogs" ante los Falcons. Ganaron. En final de conferencia abrieron como "underdogs" ante los Vikings. Y ganaron. En la Super Bowl abrieron como "underdogs" ante los Patriots. Y volvieron a ganar.

Bien saben los Patriots que de haber jugado Philadelphia otro encuentro la próxima semana también habrían abierto como "underdogs". Es exactamente lo que tuvo que sufrir New England en el camino hacia su primera Super Bowl allá por el año 2001. Al igual que aquel histórico equipo, estos Eagles se han sobrepuesto a todas las apuestas y han demostrado sobre el campo la única verdad que importa, que son el mejor EQUIPO de la temporada.

La historia de Philadelphia es por tanto improbable al máximo. Y su triunfo final en la Super Bowl el ejemplo más representativo. En toda la NFL se han disputado más de 15000 partidos. ¿Cuál es la probabilidad de que éste supusiera el récord histórico de yardas de ataque combinadas, 1151? No lo he calculado, pero intuyo que es una posibilidad pequeña, muy pequeña. ¿En una final donde habitualmente juegan las mejores defensas? Más pequeña aún.

Pero así son estos Eagles, capaces de superar al mismísimo Tom Brady, quien en la derrota jugó un encuentro memorable. Sus 505 yardas y 3TD son la mayor actuación de un quarterback en derrota y un récord en cuanto a yardas en playoffs. Su equipo no realizó un solo drive de 3 y fuera, tan siquiera un solo punt. El tres veces MVP de la liga movió a sus hombres arriba y abajo del U.S. Bank Stadium durante toda la noche ante una de las mejores defensas de la liga. Atlanta y Minnesota se combinaron para 17 puntos en dos partidos de playoffs. Los Patriots casi doblaron esa marca anoche pese a que incluso se dejaron puntos por el camino en la primera parte, sendos field goal y extra point fallados y un turnover en downs.

Brady de nuevo se sobrepuso a la tempranera lesión de uno de sus mejores objetivos, Brandin Cooks, para firmar otro encuentro de leyenda. Rob Gronkowski le ayudó especialmente tras el descanso y la línea ofensiva cumplió un papel encomiable hasta casi el final, pero no nos engañemos, la grandeza de Brady fue colosal. Se me hace muy difícil pensar que alguien ha sido más grande en la historia en el puesto de quarterback.

La maestría de Tom Brady quedó patente en la Super Bowl LII. 

Los Eagles son campeones batiendo al mejor Brady y por supuesto a Bill Belichick. Su decisión de sentar a Malcolm Butler desequilibró por completo a su secundaria. Los 'matchups' jugaron constantemente en favor de Philadelphia, un ataque que no depende de nadie en concreto pero del que todos son parte integral. Pederson es demasiado buen head coach para desaprovechar una oportunidad así. Cantó las jugadas necesarias en todo momento, arriesgó cuando tuvo que hacerlo y contemporizó en las pocas situaciones que se lo pudo permitir. Incluso así, el destino del Trofeo Vince Lombardi dependió de un desesperado pase final de Brady. El año pasado lo atrapaba Julian Edelman. Esta vez no pudo hacerlo Gronkowski. La línea que separa a ganadores y perdedores es siempre ínfima.

Quiero volver con Pederson antes de cerrar esta crónica. Porque su historia particular es la que hace nacer y crecer a este irrepetible grupo de jugadores. El entrenador del que se dijo que los Eagles se tuvieron que conformar, con el que no podrían más que ser una sombra de lo que fueron con Andy Reid. Pederson ha sabido transmitir en sus hombres lo que es confiar y creer en uno mismo y en tu compañero de al lado. Un hombre sabio que no ha tenido reparos en rescatar parte del playbook del denostado Chip Kelly para acomodar la ofensiva a las virtudes de Nick Foles. Así es Doug Pederson. Tantísimos años a la sombra de Brett Favre como quarterback reserva en Green Bay. Ahora brilla más que nadie en toda la NFL y su triunfo es el ejemplo de que todos merecemos una oportunidad. FLY EAGLES 2017 FLY

Doug Pederson con el trofeo Vince Lombardi.
Marco Álvarez
@deionmarco

4 comentarios:

  1. Bonita crónica.
    Es un placer leerte y aprender a entender este deporte con vuestros vídeos.
    Gracias

    ResponderEliminar
  2. La jugada con la que abres el artículo la hicieron los Lions frente a Packers en la semana 17 en una conversión de 2 puntos al final del partido. No quiero con ello quitar ningún mérito a los Eagles, al contrario, son capaces de incorporar lo que otros equipos hacen bien en su propio beneficio.Hay a quien el orgullo le impide hacerlo y en mi opinión es cerrarte una puerta al enriquecimiento de tu playbook.
    Enhorabuena por el blog y el podcast. Me tenéis enganchado

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por esta enorme crónica. Es una gozada lo que hacéis. Gracias

    ResponderEliminar