lunes, 19 de junio de 2017

ADIÓS, MACLIN, ¿SON AHORA PEORES LOS KANSAS CITY CHIEFS?

"Tengo mucha confianza en que los jóvenes den un paso adelante y hagan un buen trabajo para nosotros. Tenemos suficiente talento para cualquier cosa que necesitemos hacer. No estoy preocupado". Estas declaraciones son de Andy Reid justo después de conocerse el corte del que había sido su wide receiver estrella en los dos últimos años. En 2015, Jeremy Maclin llegó a la franquicia con la intención de ser ese receptor que le diese un salto de calidad a un ataque muy predecible y que presentaba unas carencias notorias en el juego de pase. Los Chiefs le firmaron un contrato de cinco años a razón de 55 millones de dólares, de los cuales 22'5 eran garantizados. Es decir, Kansas City le dio dinero a Maclin como si fuese un receptor top de la liga tras su gran 2014 en los Eagles.

En su primer año, Maclin consigió 87 recepciones para 1088 yardas y 8 touchdowns. Una buena temporada, aunque sin llegar a la excelencia que consiguió bajo las órdenes de Chip Kelly el curso anterior. Aún así, fue el mejor receptor del equipo y le dio un objetivo muy fiable a Alex Smith. Además, su lesión en la wildcard ante los Texans, le imposibilitó jugar contra los Patriots en el Divisional, algo que mermó claramente al ataque de los de Andy Reid.

En 2016, se esperaba que Maclin siguiese subiendo sus prestaciones, pero los problemas físicos y la aparición de Tyreek Hill limitó sus recepciones, y sus estadísticas bajaron notablemente. En esta temporada, en 12 partidos de liga regular, sumó 44 recepciones para 536 yardas y solo 2 touchdowns. Evidentemente, cualquier equipo espera mucho más de su receptor mejor pagado, pero esto tampoco es para cortarlo viendo lo que les quedaba en el roster, ¿no? ¿O sí lo es?.

Vamos a analizar como pueden suplir la pérdida de Maclin y si les puede afectar, o no, en un esquema muy instaurado en el equipo, más allá de otro problema que se les venía encima en las oficinas de la franquicia, ya que los 10 millones que se ahorran los Chiefs con el corte, los necesitaban para terminar de firmar a sus jugadores elegidos en las tres primeras rondas del draft de 2017.

EL WIDE RECEIVER 1

Jeremy Maclin era el indiscutible wide receiver número uno en esa ofensiva, por lo que su sustituto tendría que salir entre Chris Conley, Tyreek Hill o Albert Wilson. Pues bien, yo no lo creo. Tengo un receptor clarísimo para ser el "go to guy" de este ataque. Travis Kelce es el hombre al que se agarra Andy Reid para ser el eje de la ofensiva. Sin duda, el tight end es el jugador más desequilibrante que poseen ahora mismo.


Kelce es un mismatch terrible para la defensa rival. En el vídeo anterior, podemos ver como se deshace del linebacker en esa defensa individual. El corte es muy rápido y se aprovecha del espacio creado por el wide receiver para ganar yardas after catch. Es el playmaker que tienen los Chiefs, junto con Hill, para atacar por aire. El tight end puede salir desde cualquier spot en ataque. Pegado a la línea ofensiva, dentro de los números o pegado a la línea de banda como receptor exterior. Su físico, y velocidad en cada corte, le permite ganar separación ya sea contra linebackers o contra defensive backs. Es una pesadilla constante para las defensas. El año pasado, fue el jugador que más balones recibió de todo el ataque (85 recepciones para 1125 yardas y 4 touchdowns), pero más allá de sus estadísticas, Kelce genera el espacio para sus compañeros, ya que atrae a dos y hasta tres defensores. Si se mantiene sano, el tight end volverá a ser la piedra angular por donde gire todo ese sistema ofensivo. A continuación, podemos ver su velocidad, su excelente route-running y sus fantásticas manos frente a un cornerback. Si la defensa está en hombre a hombre, Kelce es un peligro constante.


LA EXPLOSIÓN DE TYREEK HILL

Maclin era el hombre que más y mejor podía jugar en profundo. Su localización del balón, sus manos y su route running  le hacían muy peligroso campo abajo. Sin embargo, los Chiefs, y Alex Smith, no son muy dados al riesgo de ver volar el balón mucho tiempo por el aire. La inconsistencia de Smith en los lanzamientos profundos es algo que ha perjudicado el juego de Maclin. En el siguiente vídeo, podemos ver la excelencia de Maclin en el juego profundo.


La aparición estelar del ex de West Alabama fue la nota más positiva dentro de una ofensiva que volvió a parecer muy limitada en 2016. Su versatilidad fue utilizada a las mil maravillas por su entrenador, el cual le colocaba en diferentes spots dándole una amenaza constante en cualquier tipo de juego, ya fuese terrestre o aéreo. Fue situado el 52% de sus snaps jugados en el exterior, el 39% en el slot y el 8% saliendo desde el backfield. Su velocidad es excepcional, eléctrica y dominante. Le vimos salir desde el backfield (incluso jugando wildcats), retornar punts/kicks o moverse por todo el campo para buscar rutas medias o profundas, y es aquí donde voy a insistir.

Ahora, ante la baja de Maclin, Kansas City tiene a Tyreek Hill para estirar la defensa verticalmente y dejar el medio limpio de defensores para aprovechar a Kelce, u otro compañero, en rutas underneath. El pequeño receptor es muy difícil de defender. Si le juegas en hombre a hombre, presionando con el jam, es muy probable que sus rápidos pies consigan el release para ganar separación y si, por el contrario, le das espacio en off-man, su vertical release te come (literalmente) ese colchón antes de que el cornerback tenga tiempo para reaccionar y seguir su ruta. Andy Reid ha encontrado a su DeSean Jackson y lo quiere usar de la misma manera.


En mi opinión, Tyreek Hill no puede ser WR1. Toda esa versatilidad de la que os hablaba antes puede ir detrimento suyo. Me explico. Hill, además de ser un arma del ataque, también participa de los equipos especiales como retornador, siendo, ahora mismo, uno de los más peligrosos de toda la NFL. Esto, en un jugador que físicamente es pequeño, y algo frágil, puede terminar siendo un problema. Demasiados golpes, demasiado tiempo en el campo y demasiado riesgo para que Reid se quede sin un arma tan valiosa y que supone tanto para él. Un WR1 debe jugar todos los snaps posibles cuando su equipo tiene el balón, pero sobrecargar de acción a Hill puede ser contraproducente. El año pasado, aún siendo uno de sus mejores jugadores, Andy Reid ya cuidó de él dándole más descanso del que los Chiefs demandaban. De los 991 snaps que jugaron los de Kansas City, Hill participó en 401, un 40% del total. Sin duda, en 2017 tendrá más snaps, pero no los que un WR1 debe tener. Kelce y Hill son los dos playmakers necesarios para que la West Coast Offense de Reid no sea tan predecible. Ellos son los que crean mismatch y los que pueden dar el salto de calidad dentro del cuerpo de receptores. Son los encargados de hacer que el juego aéreo sea peligroso.

¿Y EL RESTO DE WIDE RECEIVERS?

La WCO de Reid permite a sus jugadores estar abiertos en el esquema de rutas que crea el entrenador. Este esquema busca la debilidad de las coberturas defensivas sin necesidad de un gran uno por uno de sus wide receivers. Todas esas bunch formations para buscar rutas en tráfico, las screens o mezcla de conceptos para rutas cortas y rápidas, permite funcionar bien a los wide receivers como receptores de posesión. Evidentemente, sin las variantes que te dan los playmakers, este esquema se queda algo cojo.

El relevo natural de Maclin, en este tipo de juego, tiene que ser Chris Conley. El ex de Georgia, elegido en tercera ronda de 2015, ha ido tomando más snaps a lo largo de estos dos años, hasta terminar en 2016 con 44 recepciones para 530 yardas, aunque sin ningún touchdown en su cuenta (el único touchdown, que posee en la liga, lo consiguió en su año rookie).

Conley juega muy bien las comeback cuando es defendido en off-man. Ese corte, localización de balón y, sobretodo, su giro para conseguir alguna yarda de más después de la recepción, le hacen ser un buen objetivo para el quarterback en el primer o segundo down.


Conley tiene buena velocidad, así que será el encargado, junto con Hill, de ir en profundo. Fue habitual, en 2016, verle jugar fade routes por fuera de los números buscando los lanzamientos largos. Tiene que mejorar su release en press, y debe refinar un poco más sus speed cuts o cortes para buscar doubles moves. Tengo claro que Andy Reid tiene mucha confianza en él y en la progresión que está teniendo desde que llegó al equipo, aunque, el curso pasado fuese buscado por Alex Smith solamente un 12'9% de las rutas que corrió. Además, debe mejorar el porcentaje de drops que tuvo, ya que un 4'5% no es nada bueno.

El resto de wide receivers que tienen opciones al roster final saldrá de la terna entre Albert Wilson, De'Anthony Thomas, Demarcus Robinson, Seantavius Jones y el rookie Jehu Chesson. Wilson es un buen slot receiver. Es buen route runner en zonas underneath para ganar separación y darle un objetivo claro a su quarterback. A su vez, se está hablando muy bien de Demarcus Robinson en esta off-season. El staff técnico está encantado con el jugador de segundo año a pesar de jugar solo seis snaps con el equipo ofensivo en 2016. Jugó todos los partidos del curso pasado, pero lo hizo en equipos especiales como gunner y, ahora mismo, es el máximo favorito para ocupar el spot que dejó libre Jeremy Maclin en el roster. El caso de Thomas es distinto. Su velocidad lo hace peligroso en trick plays o en diferentes situaciones como pueden ser las screens, pero su protagonismo está cayendo a medida que pasa el tiempo.

Por último, y aunque no sea wide receiver, quiero nombrar a un jugador que me crea cierto interés, el tight end Demetrius Harris. Me he fijado, en los partidos que he analizado, como los Chiefs fueron introduciendo a este chico a medida que avanzaba el año. Reid movía a Kelce por todo el campo mientras que usaba a Harris in-line para bloquear, jugando con 12 personnel muchas veces. Harris fue entrando en el juego de pase poquito a poco, y demostró una progresión muy interesante en su route running. Si Reid consigue implementar el juego de pase con formaciones de dos tight ends, el ataque tendrá más facilidad para mover las cadenas. Ojo con él.


LOS CORREDORES Y SU IMPORTANCIA

No soy el más listo de la clase si os digo que no se puede atacar por aire sin tener un juego decente por tierra. A menos que tengas a Aaron Rodgers comandando el ataque, eso no se puede hacer. Y los Chiefs de 2016 no tuvieron un juego terrestre bien establecido.

Spencer Ware es su running back titular, pero las lesiones no nos han dejado ver todo el potencial que tiene. A mí me gusta mucho este chico y creo que la pareja que puede formar con Kareem Hunt le va a dar otra dimensión a la carrera de los Chiefs. Evidentemente, la línea ofensiva tiene que acompañar a sus corredores. No es que fuera mala o jugase mal, pero hubo situaciones en las que se le vieron las costuras.

Pudimos ver como faltaba físico y potencia en su juego. Esto se notaba más cuando la ofensiva se encontraba en jugadas de corto yardaje. El push en el punto de ataque no era el adecuado, y era factible ver como las líneas defensivas rivales dominaban las trincheras. En 2016 hubo mucho highlight desde el backfield y eso escondía la poca consistencia que tuvo el juego terrestre. Su rendimiento debe ser mucho mayor en 2017 si quieren que su juego por aire sea más próspero.

Además de esto, y ante la baja de Maclin, también será importante el juego de pase por parte de los running backs. Ware ya demostró que puede adaptarse a casi cualquier ruta saliendo desde el backfield, y que también puede moverse en motion para buscar el mismatch contra los linebackers.


Kareem Hunt tiene las características adecuadas para brillar en este ataque. Esa línea ofensiva puede verse favorecida del footwork y explosividad que caracterizan al rookie. Pero, además, tiene buenas manos para recibir lanzamientos. En su universidad, Toledo, le hemos podido ver jugando checkdowns y salidas a la flat desde el backfield, Las RB screens que tanto, y tan bien, juegan los Chiefs, se adaptan muy bien a las virtudes de Hunt. En campo abierto es peligrosísimo dado su velocidad y "elusividad". Sin duda alguna, el rendimiento de estos dos corredores es vital para paliar la baja de Maclin y para darle consistencia al ataque. Andy Reid debe recuperar el juego por tierra para poder desarrollar el juego por aire.

Si me preguntáis si los Chiefs son mejores sin Maclin que con él, mi respuesta es que no. Si me preguntáis si son peores, podría contestaros que tampoco. Maclin estaba claramente infrautilizado en un sistema que no le venía bien. Estos Chiefs tienen un sello muy especial, que les caracteriza sobre el resto de equipos. Son un bloque compacto y saben muy bien a lo que juegan, confían en eso y mueren con sus ideas. Jeremy Maclin ha demostrado ser un excelente receptor, pero se queda algo corto como WR1 en un equipo que no arriesga en las situaciones que mejor le pueden venir a él o en un sistema donde no es extremadamente necesario ese tipo de wide receiver. Esto, por otra parte, es contradictorio con la elección de Patrick Mahomes. El ex quarterback de Texas Tech fue elegido para darle otra cara a la ofensiva y ser más agresivos en el juego profundo, así que la pérdida de Maclin no se entiende mucho en este sentido. Sin embargo, las estrellas de los Chiefs están bastante definidas en los nombres de Kelce o de Hill y, junto a ese grupo de receptores sobrios, forman una ofensiva aseada y muy versátil si esas piezas se mantienen sanas.

En definitiva, me queda la sensación de que los Chiefs decidieron desprenderse de su mejor wide receiver, pero no de su esencia. Así han conseguido ser un equipo respetado y, en cierta medida temible, y eso es lo que les hará volver a estar entre los candidatos a jugar en la post temporada.

Rubén Ibeas @rubenibg