Llega la Super Bowl, lo
que en muchos sentidos supone el fin del mundo para los que seguimos la NFL. Para
empezar porque este año los Patriots pueden poner la guinda a su dinastía
alcanzando a los Steelers como la franquicia con más Super Bowls ganadas, eso
sí, con la diferencia de que las seis las habrían conseguido con en mismo
entrenador y el mismo quarterback, una hazaña sólo al alcance de Bill Belichick
y Tom Brady. También sería el fin, pero en este caso de la sequía de títulos
para los Philadelphia Eagles, que son una de las trece franquicias que nunca
han ganado una Super Bowl, lo que para una ciudad tan deportiva como Philly
sería todo un hito. Y todavía una razón más para hablar del final del mundo y
es que después del duelo entre New England y Philadelphia nos esperan 214
larguísimos días sin partidos oficiales de la NFL, pero de eso ahora mejor ni
hablamos.
Por suerte, todavía nos
queda el partido de los partidos, el mejor de todos, los fuegos artificiales:
la Super Bowl, el fin del mundo en lo que a fútbol americano se refiere. Aunque
este evento es mucho más que fútbol americano, claro está; los cazas volando sobre
del estadio en el segundo preciso del himno, los anuncios más caros –y
excelentes- del planeta, las estrellas musicales actuando en el show del
descanso, las más de mil millones alitas de pollo que se consumen durante el
partido, los más de 130 millones de dólares que se juegan en apuestas… Estamos
hablando de algo que va mucho más allá del que deporte, es la quintaesencia de
la cultura y la sociedad estadounidense, pero es el deporte lo que mueve y da
sentido a una cita de dimensiones monumentales.
Patriots contra Eagles.
Boston contra Philadelphia. Dos de las principales ciudades de EE.UU. en lo que
a deporte se refiere. Si de deportes americanos hablamos, se miden la 2ª ciudad
que más campeonatos ha ganado –sólo por detrás de Nueva York, pero Boston no
tiene ni 700.000 habitantes y NYC cuenta con más de 8 millones y los Yankees-
contra la 7ª en títulos en las ‘Mayors’. Ahora bien, si limitamos la
conversación a la NFL la cosa lógicamente cambia, pues se mide una franquicia
que ha logrado girar su destino de eterna perdedora para fundar una de las más
importantes dinastías del deporte americano contra otra que todavía no conoce
las mieles del éxito en lo que a trofeos se refiere. De ahí que los aficionados
que rezan el #GoBirds estén tirando del imaginario underdog de la ciudad
relacionado principalmente con Rocky Balboa y que a los ya tradicionales
‘memes’ de Belichick y Brady como el emperador galáctico y Darth Vader se hayan
unido los de Rocky con la camiseta eagle e Ivan Drago con la patriot, entre
otros.
Pero no hay que
confundirse. Lo que en el contexto y la historia puede perfectamente asociarse
a David contra Goliat, en lo deportivo, en lo que al juego se refiere, las
cosas están mucho más igualadas de lo que parece. Aunque las apuestas estén ½ a
favor de Patriots y les otorgen 4 puntos de margen, a mí se me antoja un
partido mucho más parejo, una lucha de poder a poder. La experiencia frente a al
bloque más sólido de la NFL. Realmente son dos grandes bloques, el de New
England construido en base a una filosofía del esfuerzo y del colectivo, ese
#DoYourJob de Bill Belichick, donde nadie –o casi nadie- está por encima del grupo;
frente a unos Eagles que han cimentado su unión en la falta de confianza constante
que han sufrido desde que perdieron por lesión a su QB estrella y candidato al
MVP Carson Wentz. Un inmensa mayoría les dio por muertos y anuló sus opciones en
playoffs olvidando la cantidad de virtudes que tenían como equipo y ante esta
adversidad han salido mucho más reforzados. Malcolm Jenkins gritaba en el centro
de la piña previa al comenzo de la final de conferencia: “Esta falta de respeto
no la vamos a tolerar. Llevan todo el año diciéndonos lo que no podemos hacer.
Vamos a enseñarles lo equivocados que están” mientras a su alrededor toda la
defensa se volvía completamente loca de motivación y ‘hype’. Eso resume el
estado de ánimo actual de Philadelphia: una bestia herida en su orgullo y
preparada para responder a esa afrenta.
Los Eagles saben lo que
tienen que hacer. Deben mantener a Tom Brady lo más incomodo posible durante el
máximo tiempo posible. Cortar su ritmo en el pocket, meterle prisa, golpearle, que
sepa que tiene una amenaza constante llegando hasta él. No dejarle ni respirar.
El front seven de los Eagles es capaz de esto, pero también es cierto que
enfrente tienen a un quarterback que ha llegado a ser el mejor en la lectura de
defensas y como Brady les pille, les puede hacer polvo.
El emperador Belichick y su aprendiz Brady |
Estamos hablando de un
mito, de una leyenda viviente del deporte, alguien del que dentro de 20 años
hablaremos como hoy hablamos de Michael Jordan (de hecho, el debate en EEUU
sobre quién es más grande de los dos se desarrolla estos días en todo su
esplendor) y en esta Super Bowl puede poner la guinda a su legado y por
supuesto al de Bill Belichick y su filosofía. Porque, ¿quién era Danny
Amendola? Hoy tan de moda, Danny Playoffs; ¿quién era Julian Edelman?, ¿quién
era Dion Lewis? Y estas preguntas podríamos llevarlas casi al infinito, con Wes
Welker, Deion Branch, Teddy Bruschi… Incluso con Tom Brady. ¿Quién era Tom
Brady? Un QB al que le costó asegurarse la titularidad en la universidad de
Michigan, del que se rieron en la Combine, que salió en las profundidades de
las sexta ronda del draft, en el puesto 199 y que se encontró en su segunda
temporada en la liga con una estrella como Drew Blesoe lesionándose y teniendo
que salir a jugar… para acabar ese mismo año ganando la Super Bowl con unos
Patriots en forma de Cenicienta frente a los todopoderosos Rams del ‘The
Greatest Show on Turf’.
Conviene no olvidar la
historia. Porque cuando hablamos de que Philadelphia se presenta en esta Super
Bowl con un quarterback backup, con un suplente al frente del equipo, parece
que no recordamos que Tom Brady estuvo en ese lugar y se creía aún menos en sus
posibilidades que en las que tiene actualmente Nick Foles. Un Nick Foles cuya
actuación se antoja clave. Es muy posible que Belichick y Patricia le pongan en
la tesitura de que si Philadelphia quiere ganar el partido sea con Foles como
protagonista. Veremos cómo reacciona ante ello, porque en la final de
conferencia jugó un partido de estrella. No podemos obviar tampoco el
sensacional trabajo de Doug Pederson en la toma de decisiones durante estos playoffs,
que ha facilitado mucho la vida a Foles y a todo el equipo. Lo cierto es que
hay que dar un inmenso crédito al head coach de los Eagles en todo lo que están
consiguiendo.
Hay tantas cosas en las
que fijarse en esta Super Bowl, se presenta tan apetecible… Brady contra la
defensa de Eagles, el nivel que dará Foles, sí, pero además podremos ver a dos
de los mejores TE de la liga con Gronkowski y Ertz, la batalla de dos cuerpos
de receptores y dos secundarias de primer nivel. El juego de carrera de Philadelphia,
hasta los equipos especiales puden jugar un papel fundamental. Es un partido
que lo tiene todo.
El Halftime Show
Por tener, la Super Bowl
tiene hasta concierto en el descanso. El concierto más visto del planeta cada
año y aunque tengamos la sensación de que esto ha sido así toda la vida, los
conciertos con estrellas musicales sólo se vienen celebrando desde 1991. Antes
de ello eran bandas de música, ‘marching bands’, las que actuaban y fueron los
New Kids On The Block los que estrenaron este formato. Desde entonces, nos
pueden venir a la memoria conciertos míticos de Michael Jackson, Bruce
Springsteen, U2, Tom Petty o Prince y también otros… bueno, otros que quizá
hemos olvidado más rápido. Curiosamente ésta es la tercera vez que Justin
Timberlake actuará en el show del descanso, la primera de ellas fue en el
(olvidable) concierto que dieron Britney Spears y N’Sync y después como
invitado de Janet Jackson –precisamente Justin fue quien le dejó un pecho al
descubierto con la consiguiente gigantesca polémica puritana que arrastró- . Ahora
será por primera vez el protagonista y a mí sinceramente me apetece, por suerte
su carrera se ha distanciado mucho de aquellos primeros pasos en una boyband y
creo que puede dejar un buen show. No obstante, pienso que la Super Bowl tiene
deudas pendientes y fácilmente me vienen a la cabeza Foo Fighters o Lenny
Kravitz, a los que yo preferiría ver antes que a la estrella pop de turno. Pero
como para gustos los colores, en eso se suele repartir bastante juego e
intercalar las dos opciones, así que con un poco de suerte algún día les
tocará.
El show del descanso es
algo inherente a este partido pero es después del mismo cuando viene lo que de
verdad nos gusta y es el momento en el que se decide el trofeo que quizá habría
que ir pensando en llamar Bill Belichick en vez de Vince Lombardi. El año
pasado tuvimos la mayor remontada de la historia y si este año el partido está
emocionante, la cosa promete emociones fuertes otra vez. Éste partido suele ser
la mejor manera de reclutar aficionados para la NFL, porque si te da el
‘picorcito’ este deporte ya no te suelta.
Estamos ante el deporte
con los mejores atletas del mundo, hace unos años leí un reportaje que
explicaba que si los jugadores más veloces y más fuertes de la liga hubieran
enfocado sus carreras al atletismo, podríamos haberles visto en finales
olímpicas de varias disciplinas -100 metros, salto de longitud, lanzamiento de
peso-, pero claro, se gana mucho más dinero en la NFL. A la vez, estamos ante
el deporte más democrático, pues tiene una función para todo el mundo; gordos y
flacos, altos y bajos, rápidos, fuertes, listos, hábiles con las manos y hasta con
los pies. Este deporte lo puede jugar cualquiera independienmente de sus
características físicas, eso sí, sin ética de trabajo y carácter de superación,
vete olvidando.
En definitiva, que para
los que nos gusta esto llega el fin del mundo, el partido que todos estábamos
esperando y el punto y final a una temporada que una vez más ha sido maravillosa,
especialmente durante los playoffs. Así que guardemos para este domingo
todas las ganas de emocionarnos y vibrar con la NFL, colaboremos –cada uno en
su medida y con lo que le guste consumir- en acrecentar las estadísticas de
refrescos, cervezas, pizzas, hamburguesas, alitas y demás productos consumidos que
se cuantifican cada año y por encima de todo disfrutemos al máximo por última
vez esta temporada de un deporte que cada día nos atrapa más, que cada día
reúne más gente en este país y queremos que sean más. Así que si vais a ver el
partido con alguien que no conoce mucho la NFL, haríais bien en tomaros la
molestia de explicarle bien el contexto, las normas básicas y ayudarle a coger
el ritmo; porque una vez lo coja y se enganche… Ya no hay vuelta atrás.
Iker Sagasti
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