jueves, 31 de julio de 2014

Evolución de equipos en la NFL


De 1920 a 1932 juegan entre 8 y 22 equipos en un mismo grupo. Anecdóticamente las dos primeras temporadas la liga es llamada American Proffesional Football Association (APFA) antes de recibir su nombre definitivo de National Football League (NFL) en 1922. No hay partido final, es sólo liga regular. El formato es completamente aleatorio, muchos equipos aparecen y desaparecen y no todos juegan el mismo número de partidos. De hecho algunos simplemente disputan un encuentro. Las franquicias más exitosas realizan giras por el país llegando a disputar partidos incluso en días consecutivos. En 1932 los Chicago Bears y los Portsmouth Spartans (actuales Detroit Lions) empatan en lo alto de la clasificación, lo que conduce a la liga a jugar un partido extra a modo de desempate en el que se imponen los Bears. Pese a contar para la regular season ese histórico duelo supone el preludio de los playoffs. Los Chicago Bears se proclaman pues campeones pese a ganar tres partidos menos que los Green Bay Packers. El porcentaje ganador de los Bears (7-1-6) supera al de los Packers (10-3-1) pero muchos no quedan convencidos.
Merece la pena echar un vistazo a la campaña de aquel equipo de Chicago de 1932, campeón pese a empatar casi la mitad de sus encuentros pero con una defensa que a día hoy sería galáctica, ¡44 puntos encajados en 14 partidos!


De 1933 a 1949 la liga empieza a estabilizarse y a crear sus propias reglas, separándose poco a poco del football colegial. Juegan entre 9 y 11 equipos repartidos en dos divisiones: este y oeste. Los ganadores de grupo juegan una final para determinar el campeón. Destacar el famoso "sneakers game" de 1934 que decidió el título de aquella temporada. Los Giants de Nueva York arruinaron la temporada perfecta de los Chicago Bears (13-0) con un increíble parcial de 27-0 en el último cuarto para imponerse por 30-13. Los jugadores locales cambiaron al descanso de zapatos normales de football de la época a zapatillas de baloncesto (prestadas de la universidad de Manhattan) que les dieron una gran ventaja en el helado césped del Polo Grounds de Nueva York.

En 1950 13 equipos y de 1951 a 1959 son 12 equipos en dos divisiones. Se mantiene un partido por el campeonato. Provenientes de una liga paralela que duró cuatro temporadas, la AAFC, llegaron los Cleveland Browns, San Francisco 49ers y Baltimore Colts. Éstos últimos desaparecen tras su primera campaña pero regresan como franquicia nueva en 1953. Las divisiones en un principio son llamadas Americana y Nacional pero en 1953 se vuelve a la denominación clásica de este y oeste.

En 1960 13 equipos (Dallas Cowboys) y de 1961 a 1965 14 equipos (Minnesota Vikings) en dos divisiones. En 1966 ya son 15 (Atlanta Falcons) y el ganador del partido por el campeonato juega la “Super Bowl” contra el vencedor de la liga paralela AFL, que se originó en 1960 y tuvo una acogida muy buena. Las dos primeras ediciones de la Super Bowl no se llamaron como tal sino "AFL-NFL World Championship Game".

La AFL empezó con 8 equipos en dos divisiones (este-oeste) y un partido por el campeonato. En 1966 añadió a los Miami Dolphins y en 1968 a los Cincinnati Bengals, 10 conjuntos en total.

De 1967 a 1969 son 16 equipos repartidos en 4 divisiones con la adición de los New Orleans Saints. Los nombres que se les da a los grupos durarían poco (Capitol, Century, Coastal y Central). Avanzan cuatro a playoffs, se crean los divisionales. La AFL hace lo propio en 1969, su último año de existencia.

En 1970 son 26 equipos en dos conferencias, Americana y Nacional, como fruto de la fusión con la AFL. Cada conferencia tiene 13 equipos y tres divisiones, Este-Central-Oeste. Pittsburgh, Cleveland y Baltimore se trasladan a la nueva AFC para equilibrar las conferencias. 8 equipos juegan playoffs.

En 1976 son 28 equipos con la expansión de Tampa Bay y Seattle. Anecdóticamente el primer año juegan los Bucs en la AFC Oeste y Seattle en la NFC Oeste. Se cambiarían al año siguiente, aunque en el caso de Tampa iría a la división Central. En 1978 se crean los wild cards, 10 equipos en playoffs.


De manera excepcional en 1982 se juega un cuadro de playoffs con 16 equipos. Una huelga deja reducida aquella liga a 9 partidos. Otra huelga en 1987 borra una semana del calendario pero no afecta a los playoffs.

En 1990 se añade un 2º partido de wild cards, 12 equipos van a playoffs. En 1995 llegan Jacksonville y Carolina, 30 equipos. Ése es el año en el que Los Angeles pierde de una tacada sus dos franquicias (Raiders y Rams) y casi dos décadas después la segunda ciudad más mediática de EEUU continúa sin franquicia NFL.

En 1999 vuelve Cleveland a la liga, 31 equipos. En 2002 llega Houston y de 3 divisiones por conferencia pasamos a 4. Sus nombres Este-Norte-Sur-Oeste. Los Texans se incluyen en la AFC, pasando Seattle a la NFC.

A fecha de 2014 se mantiene el formato de 2002. Pronto se aumentará el nº de equipos de playoffs. ¿Llegará la expansión en Londres?

Fuente: http://www.pro-football-reference.com

miércoles, 16 de julio de 2014

1999, final de siglo y a la vez de era en la NFL

Cada temporada en la NFL supone un cambio respecto a la anterior. No hay equipos ni jugadores  dominantes para siempre, del mismo modo que franquicias abocadas al desastre resurgen de sus cenizas y sorprenden a propios y extraños. Sin embargo, y con todo esto dicho, lo sucedido durante la campaña de 1999 supuso un antes y un después en la historia moderna de la liga. Una era finalizó y otra se inició de una forma tan dramática e inesperada como nunca he visto yo en mis 21 años siguiendo esta competición.

Kurt Warner, la gran historia en la NFL en 1999
Cualquier pronóstico realizado en el verano del 99 saltó por los aires una vez que las primeras hojas del otoño comenzaron a caer. Equipos y jugadores históricos dejaron paso a nuevas estrellas que lideraban conjuntos por los que nadie apostaba nada. No hay ejemplo más grande que el de Kurt Warner y los St. Louis Rams. Sólo los más "frikis" de la NFL conocían a este ex de la NFLEuropa que saltaba a la titularidad únicamente por la lesión de su compañero Trent Green en un choque de pretemporada contra los Chargers. Publicaciones como ESPN vaticinaban a los Rams como el peor equipo para la temporada de 1999, incluso peor que los Cleveland Browns, franquicia en expansión compuesta por novatos y retales de otros equipos. La realidad es que Warner encabezó un equipo que no se metía en los playoffs en diez años hacia la campaña más ganadora de su historia. Y lo hizo de forma brillante, liderando la NFL en QB rating (109.2), pases de touchdown (41) y Comp% (65.1%). EL MVP más inesperado de la historia lanzó 14 pases de TD en sus primeros cuatro partidos, y junto a Marshall Faulk, Isaac Bruce, Torry Holt y Az-Zahir Hakim formó una ofensiva letal que haría cambiar el estilo de juego en la NFL. Al contrario que la mayoría de los equipos hasta entonces, St. Louis usaba su 3er y 4º receptor casi como un titular más que podía saltar al campo en cualquier down. Las defensas, huérfanas de lo que ahora conocemos como "slot defender", se veían incapaces de lidiar con esta máquina de generar puntos y yardas.

Ningún partido de los Rams aquel año fue más significativo que el del 10 de octubre ante los San Francisco 49ers. De la mano de Joe Montana primero y Steve Young después los niners habían ejercido una tiranía sobre su rival divisional como casi nunca se había visto. Hacía nueve años o 18 encuentros consecutivos que St. Louis no le hincaba el diente a su oponente californiano. Esa tarde Young no fue de la partida, de hecho no volvería a jugar tras sufrir su última conmoción dos semanas antes en Arizona. Sin embargo el problema de los 49ers vino en defensa. Warner conectó 20/23 pases para 323 yardas y 5TD, cuatro de ellos para Bruce, los tres primeros en un dramático primer cuarto para los desbordados visitantes. Los Rams ganaron 42-20 camino de la primera Super Bowl de su historia. Al contrario, San Francisco perdería once de sus siguientes doce compromisos para finalizar su primera temporada con récord negativo desde 1982. Nadie podría haberlo previsto.

Los 49ers no fueron los únicos damnificados en la Conferencia Nacional. Los Packers de Brett Favre habían triunfado en los años anteriores, colándose en dos Super Bowls y cosechando sendas apariciones en playoffs desde 1993. Sin embargo, una lesión en el dedo pulgar de su mano derecha en pretemporada forzó a Favre a lanzar más intercepciones (23) que pases de touchdown (22) ese año, y Green Bay tuvo que ceder ante el empuje de otras franquicias como Tampa Bay. Los Buccaneers ya habían avisado de un posible cambio en el reinado de esta división dos años antes, en 1997, cuando cerraron una sequía de quince años sin meterse en playoffs. Para la campaña de 1999 certificaron la sucesión en la NFC Central (actual NFC Norte) al conquistar el título divisional, algo que no lograban desde dieciocho años antes. Tampa Bay se quedó a unas pocas jugadas de la Super Bowl, pero tras varias campañas intentándolo acabaría obteniendo su premio en 2002.

The Triplets: Irvin, Smith y Aikman.
En la división este los Cowboys habían dominado con mano de hierro durante la década de los 90. Bajo el liderazgo de "The Triplets": el quarterback Troy Aikman, el runningback Emmitt Smith y el wide receiver Michael Irvin, Dallas sumó tres campeonatos de la NFL y seis títulos divisionales. Todo empezó a cambiar para los vaqueros el mismo día de la destrucción de sus grandes rivales, los 49ers, el 10 de octubre. En una desagradable tarde en Philadelphia, Irvin era noqueado con una lesión de cuello que le costaría el final de su carrera. Los Eagles se impusieron contra pronóstico a unos Cowboys que llegaban imbatidos (3-0). Pocas semanas más tarde, contra Green Bay, Dallas no pudo contar por lesión con ninguno de los miembros de los "Triplets", Aikman y Smith también estaban lesionados. Hacía doce años que la franquicia tejana jugaba un encuentro sin al menos uno de sus tres referentes. Aunque Dallas se impuso aquel día y acabaría entrando en playoffs por los pelos con una marca de 8-8, su época de dominio y éxitos finalizó aquel día en Philly.

El terremoto de la Conferencia Nacional vivió su réplica en la Conferencia Americana. Su campeón las dos temporadas anteriores, los Denver Broncos, iniciaba la era post-John Elway. Sin embargo, la marcha de su gran líder no frenó a muchos expertos de meterlos en su grupo de favoritos. La franquicia de Colorado contaba de hecho con el MVP de la liga en Terrell Davis y una plantilla plagada de estrellas que podía ser conducida hacia el éxito casi por cualquier quarterback. Ese cualquiera iba a ser en principio Bubby Brister, un veterano de 37 años que ya ganó los cuatro partidos en los que tuvo que reemplazar a un lesionado Elway la campaña anterior. Sorprendiendo a propios y extraños, el head coach Mike Shanahan anunciaba a pocos días de abrirse la temporada que su quarterback titular sería el chico de 24 años y una experiencia total en la NFL de tres pases, Brian Griese. La jugada no le salió bien al entrenador. Con un casi novato a los mandos las defensas rivales pusieron todos sus esfuerzos en frenar a Davis, algo que lograron con un éxito sorprendente. Tras superar la barrera de las 2000 yardas en 1998, el RB estrella apenas pudo promediar 3.1 yardas por carrera hasta sufrir una devastadora lesión de rodilla en su cuarto partido, que no se celebró el fatídico 10 de octubre, pero casi, el día 3. El inicio de 0-4 enterró a una franquicia que apenas había perdido seis encuentros en los dos años anteriores juntos. Davis volvería a jugar en el futuro pero nunca al nivel que exhibió antes.

Dos grandes cuyas épocas apenas coincidieron: Manning y Marino.
Si un equipo favorito se hundía otro del que se esperaba más bien poco ocupaba su lugar. En la división este de la AFC se presentaba un apasionante duelo a cuatro bandas entre Jets-Dolphins-Bills y Patriots. Como no podía ser de otra manera ninguno de ellos ganó el grupo sino los Indianapolis Colts. Con un equipo todavía muy joven e inexperto nadie hubiera previsto que Peyton Manning guiara a los suyos hasta un récord de 13-3 que la franquicia no vivía desde la era de Johnny Unitas cuando jugaba en Baltimore. Edgerrin James suplió a la perfección a Marshall Faulk, que se había marchado a los Rams; y Marvin Harrison se erigió como un receptor letal en combinación con Manning. Un choque de generaciones entre la nueva estrella Manning y la leyenda Dan Marino, se vivió -adivínelo- el diez de octubre en el RCA Dome. En un partido estelar (25/38, 393yds, 2TD) la "vieja gloria" le enseñó una última lección al "joven aprendiz". Su pase de touchdown a 27 segundos del final levantó a los Dolphins de lo que minutos antes parecía una derrota segura. Ése fue sin duda el principio del fin para Marino, que siete días después sufriría una lesión de hombro que le hizo cerrar la temporada y su carrera de forma indigna. Miami era vapuleado en los playoffs divisionales en Jacksonville por 62-7 en el que terminó siendo el último día en el campo para Marino y en la banda para Jimmy Johnson. Salvándose de toda esta vorágine Jacksonville fue el único campeón divisional que logró repetir en 1999.

Ni Jaguars ni Colts acabarían siendo los representantes de la Conferencia Americana en la Super Bowl. Ese honor correspondería a los Tennessee Titans, un equipo con tan poca identidad que había jugado en cuatro ciudades diferentes y bajo tres nombres distintos desde 1996. Los Titans (antiguos Houston Oilers) no jugaban los playoffs desde 1993 y era normal que pasaran desapercibidos en los pronósticos del verano del 99, habían finalizado con marca de 8-8 cada una de las tres temporadas anteriores. El tándem Steve McNair - Eddie George saltó al estrellato, y junto a ellos un defensive end novato autor de numerosos récords, Jevon Kearse. All-Pro en su primer año en la liga, Kearse parecía tomar el relevo de Reggie White, que se retiró al final de la temporada anterior y que a nivel universitario se formó precisamente en Tennessee.

Steve "Air" McNair

Las de White y Elway no fueron las únicas retiradas ilustres previas a la campaña de 1999. A pocos días de que se abrieran los training camps, Barry Sanders, daba la noticia que cualquier fan de los Lions en particular y de la NFL en general nunca habría querido escuchar: el anuncio de su retirada. Detroit como equipo sumó ese año 250 yardas menos que Sanders por si solo la temporada anterior.


El cambio generacional se extendió al modelo de juego. Por primera vez desde 1991 ninguno de los cuatro equipos presentes en las finales de conferencia empleaba la "West Coast Offense". El triunfo de los Rams supuso el precedente de las ofensivas "spread" tan comunes hoy día en la NFL. Por su parte, el gran éxito de McNair con los Titans hizo cambiar del todo la mentalidad de que un quarterback corredor es incapaz de liderar una franquicia. Detrás de él llegarían otros como Donovan McNabb, Michael Vick, Daunte Culpepper y en la actualidad Robert Griffin III.

Es difícil resumir en pocos párrafos todo lo que sucedió en aquel año histórico para la NFL. Franquicias dominadoras como Cowboys, 49ers, Packers o Broncos dejaban paso a nuevas potencias en St. Louis, Tampa Bay, Indianapolis y Tennessee. Adiós a Elway, Marino, Young, Irvin y tantos otros que tantas tardes de espectáculo repartieron. Ocupaban su lugar los Manning, Harrison, James o Warner. Con el cambio de siglo surgirían más estrellas, Tom Brady, Donovan McNabb, Ray Lewis, que liderarían franquicias exitosas en New England, Philadelphia y Baltimore.

El año 1999 no fue solo pues significativo por ser el final del siglo. Bajó el telón de una época gloriosa en la liga y abrió sin previo aviso la siguiente. Desde entonces no se ha vivido otro cambio igual en la NFL.

viernes, 11 de julio de 2014

El origen del grito "DEE-FENSE" y la gran defensa de los Giants de los 50

"Defense, defense, defense..." Es el grito más universal y más repetido en un campo de fútbol americano. Muchos historiadores de la NFL piensan que este cántico de batalla comenzó a oírse a mediados de la década de los 50, originándose en las gradas del Yankee Stadium. En el partido que culminó la primera temporada televisada a nivel nacional, el campeonato de la NFL de 1956 entre Chicago Bears y New York Giants, millones de personas en su casa escucharon el grito y vieron a una defensa de Nueva York que respondía al mismo a la perfección. Los Giants destrozaron a los Bears 47-7 por el título. Esa victoria inició una era brillante de ocho años de una potencia nunca antes vista saltar al campo que Ruth construyó.





A la derecha Landry, a la izquierda Lombardi. Casi nada.
Todo comenzó cuando el head coach Jim Lee Howell contrató a un joven Tom Landry para su ya de por sí talentoso grupo de entrenadores que incluía entre otros a Vince Lombardi. La mente ingeniosa de Landry se combinó a la perfección con jugadores como Jimmy Patton, Andy Robustelli, Jim Katcavage, Rosey Grier o Dick Modzelewski para producir la defensa más dominante y difícil de predecir de su era. Fueron la primera defensa en poner a buenos atletas en esa unidad. Hasta entonces los mejores atletas, sobre todo jugadores de línea y corredores, estaban en el lado del ataque. De repente empezaron a poner mejores atletas y además comenzaron a estudiar esquemas ofensivos y lo que hacían los equipos. Landry puso en el campo una defensa refinada que pilló a contrapié a todos los ataques rivales. Una de esas novedades fue la creación de la defensa 4-3, diseñada para tomar ventaja de las habilidades innatas del middle linebacker Sam Huff. En esta defensa la labor de los cuatro hombres de línea era mantener a Huff a salvo de potenciales bloqueadores, dejándole libre para actuar como "rover" y así poder estar él siempre en disposición de acercarse al balón. Este esquema fue uno de varios planes usados con éxito para poder neutralizar a la principal pesadilla de Nueva York, Jim Brown, el espectacular runningback de los Cleveland Browns. Brown: "Sam era básicamente el quarterback de esa defensa. Él sabía que jugaba en una ciudad como Nueva York, y así se convirtió en una celebridad simplemente por atarse a mis piernas muy a menudo."

Jim Brown vs Sam Huff, mítico duelo durante los 50 y 60.

Frank Gifford
Además de dominar a sus rivales de Cleveland, la defensa también se especializó en poner puntos en  el marcador. Este oportunismo entusiasmó a los fans, quienes junto a los elogios de la prensa, hicieron que la atención de los medios por primera vez se dirigiera a una defensa. Los miembros de esa defensa no eran vistos como trogloditas sin cabeza sino como un grupo de amigos capaces de pensar y ser personas interesantes. Sin embargo, este tratamiento de "alto-standing" no sentó bien entre todos los miembros del equipo. Había muchos celos entre los componentes del ataque y la defensa, porque estos últimos saltaron al estrellato quizás por primera vez en la historia del fútbol profesional. En aquellos días nunca presentaban a los jugadores de defensa en los previos a los partidos, eran únicamente los jugadores de ataque como el runningback nº 16 Frank Gifford. Huff podía estar ganando 8000-9000$ al año en aquellos días por los 18000-20000$ de Gifford y eso no sentaba nada bien en el linebacker, sobre todo cuando era la defensa la que salvaba los muebles en más de una ocasión. En un partido Huff llegó a decir a sus compañeros de ataque a ver si podían "aguantar un poco a su rival" que ya se encargarían ellos de anotar en el siguiente drive.

Pese a estos roces aquellos que jugaron con y contra esa unidad están de acuerdo en afirmar que fueron pioneros en el esfuerzo de traer compañerismo, trabajo en equipo, análisis y horas de estudio a la defensa. Jim Brown"La defensa más inteligente de la época fue la de los New York Giants. Cada uno sabía su posición, lo que tenía que hacer y a quien tenía que ayudar." Tom Landry: "Ellos jugaron unidos mejor que ningún otro equipo que yo haya entrenado. Tenían un feeling especial entre cada uno. Eran un buen equipo pero realmente no eran mejores que algunos otros equipos de la época. Pero la habilidad de jugar juntos y creer en sus compañeros de la forma que lo hacían fue tremendo."

En 1960 Landry se marchó a entrenar a la franquicia en expansión en Dallas, los Cowboys. Pero los hombres que dejó atrás jugaron tres campeonatos más de la NFL, y aunque se quedaron cortos en cada una de las ocasiones la defensa se comportó de forma admirable, especialmente en las duras batallas de 1962 contra Green Bay y en Chicago en 1963. Históricamente la dominación defensiva de los Giants finalizó en aquella derrota contra los Bears. Y mientras una era se apagaba otra nueva amanecía. Varias retiradas y traspasos cerraron este capítulo de brillantez defensiva pero una semilla simbólica se trasplantó cuando Rosey Grier se marchó a los Rams, donde ayudó a dar estatus de celebridad a la de repente famosa "Fearsome Foursome" de Los Angeles.




Fue el inicio de una era muy colorida en el football profesional donde las defensas dominantes ya nunca más volverían ser privadas de elogios y adulaciones. Ya se apodaran los "Purple People Eaters", "Steel Curtain" o "Doomsday", todas le deben una pequeña pizca de gratitud a un grupo de hombres que se juntaron en el Yankee Stadium de Nueva York y que simplemente eran llamados "la defensa de Nueva York".


Fuente: 1986 New York Giants Yearbook