lunes, 5 de diciembre de 2016

2016 Semana 13: L @ CHICAGO BEARS 6-26

Los 49ers están consiguiendo algo realmente difícil este año, quitarme las ganas de escribir sobre ellos. La última debacle en Chicago ha sido tan espectacular que apenas he sacado tiempo para redactar esta pequeña nota.

Os voy a decir algo que seguramente ya sabréis, San Francisco es un equipo malo, muy malo. Los que me conocen saben que no utilizo estos calificativos a la ligera. Normalmente intento encontrar explicaciones a los resultados negativos y en la medida de lo posible trato de empatizar con los jugadores y entrenadores. En el caso de estos 49ers de 2016 no hay paños calientes, somos una auténtica banda. Por supuesto que hay cosas positivas que señalar, faltaría más en plantillas superiores a los 50 jugadores. Pero en líneas generales no se ha realizado un partido completo desde la victoria inaugural sobre Los Angeles. Para ser justos, la derrota ante los Bears sí fue un encuentro redondo del ataque y la defensa, pero por las razones equivocadas.

Más de una vez este año hemos comenzado el partido bien (Dallas, Tampa Bay, Miami) para luego ir en mayor o menor medida explotando. Hoy fue un ejemplo más, 6-0 controlando el juego en ambas facetas y desequilibrando en equipos especiales a dos minutos del descanso. De ahí al pitido final parcial de 26-0 en contra con una defensa incapaz de parar una jugada de pase (terribles Tramaine Brock y Jimmie Ward) y con una ofensiva que a la mínima que tuvo que empezar a lanzar se vio completamente atropellada y sin respuestas. La línea ofensiva tuvo muchas dificultades para contener el pass-rush de Chicago y mención aparte para un Colin Kaepernick (1/5, 4yds, 5 sacks encajados) completamente incapaz de lanzar un pase en las malas condiciones reinantes. El propio Chip Kelly reconoció en rueda de prensa que si intentó tan pocos lanzamientos fue porque no veía muchas probabilidades de éxito.

El head coach entrenó al equipo apenas dos días después de la muerte de su padre, algo que solo se supo a posteriori. El emocionado abrazo que le dio John Fox a la conclusión del choque se entiende ahora más. Mi primera impresión fue la de un pésame deportivo y no personal por la malísima actuación del equipo para levantarle algo el ánimo.

Por destacar algo bueno hablar de la buena labor en equipos especiales de Shaun Draughn (punt bloqueado y fumble forzado en retorno de kickoff) y los dos field goals convertidos sin fallo de Phil Dawson. Ellos evitaron lo que podría haber sido fácilmente un "shutout".

Nos restan cuatro domingos de "tortura" antes de empaquetar otra lamentable temporada. El futuro de muchos de los que ahora son protagonistas (en el campo, en la banda y en los despachos) está en juego.