martes, 26 de diciembre de 2017

ME GUSTA Y NO ME GUSTA

Ya se acaba la temporada regular de 2017. Otro curso que se pasa volando y donde, a pesar de disfrutarlo al máximo, siempre nos quedan ganas de más. Ahora vienen los playoffs, pero ésa es una historia completamente distinta. Mejor o peor, lo que vosotros queráis, pero distinta.

Por eso, y porque mis obligaciones personales no me permiten un artículo técnico/táctico como vosotros os merecéis, aquí os voy a dejar mis reflexiones de un 2017 que, como siempre, ha tenido de todo.

ME GUSTA...

Me gusta ver a franquicias llevar una reconstrucción moderada pero segura. Ver como han ido creciendo equipos como Eagles, Rams o Jaguars, es algo a copiar. Las prisas no suelen ser buenas consejeras y la paciencia es algo que no destaca en el deporte profesional, por lo que ver a un staff técnico hacerlo, siempre es bienvenido.

Me gusta ver a un running back optar, con todas las de la ley, al premio individual más importante. Todd Gurley es el eje central de unos Rams que son muy peligrosos en ataque. Sus números impresionan, y no solo por las yardas terrestres que consigue, si no por lo que es capaz de hacer cuando recibe el football por el aire. Para mí, él es el MVP de este año.

Me gusta ver a Keenan Allen completar una temporada sano. Desde su año rookie he estado enamorado de un jugador que tiene uno de los mejores route-running de toda la NFL, si no el mejor. Su química con Rivers es muy buena y más de una vez le ha sacado las castañas del fuego al veterano quarterback. Indefendible en individual por su magnífico release, necesitas de dobles coberturas para minimizar daños.

Me gusta ver a los Patriots no caer. Sí, odio verles ganar, pero admiro su trabajo, su dedicación, su manera de cuidar los detalles, admiro su profesionalidad y su objetivo de no cejar nunca en su empeño de ganar todos los anillos posibles. Son, con mucha diferencia, el equipo más competitivo de la liga. Admiro su ansia de victoria.

Me gusta que los Seahawks sobrevivan. Les ves caminar por el alambre, pero, aunque estén a punto de estallarse contra el suelo, siempre terminan agarrándose con uñas y dientes a su oportunidad. Este año, parece que se quedarán fuera de playoffs, pero queda un partido por jugar, por lo que me sorprendería no verles jugar en enero. Aunque sea solo un partido.

Me gusta ver a Drew Brees en playoffs. Lo merece, es un quarterback élite y uno de los más grandes de la historia de este deporte. Por fin los Saints han encontrado la manera de defender y de darle oportunidades al ataque para ganar partidos, así que Brees lo ha aprovechado. No podía ser de otra forma. Cierto que sus running backs le han facilitado el camino, pero Brees se reserva lo mejor para el final, estoy seguro.

Me gusta ver a muchos rookies cambiar dinámicas en sus equipos. Lattimore, Fournette, Kamara, Hunt, Kupp, Watson, Cohen, Efflein, McCaffrey, Adams o JuJu, son algunos ejemplos de jóvenes talentos que han explotado en sus primeros snaps como profesionales. Hay que dar oportunidades y saber ser pacientes con estos chicos. Tienen talento, si no lo tuvieran, no estarían aquí.

Me gusta ver a los Jaguars. Por fin han dado con la tecla (al menos defensivamente) y todo el talento que habían ido acumulando empieza a funcionar. Siempre eran los mayores agitadores en la agencia libre, además de contar con rondas altas de draft, por lo que eran incomprensibles tantos malos resultados. Marrone ha obrado el milagro de convertirlos en un equipo muy dificil de batir, y solo queda por saber si lo mantendrá en el tiempo.

Me gusta ver pelear a los Ravens. Llevan años jugando mal en ataque, pero son capaces de suplirlo desde el apartado defensivo. Se dejan la piel en cada partido para mantener al equipo con la opción de victoria y, ahora que este ataque va a mejor, los resultados están llegando. Nadie quiere verlos en playoffs, por algo será.

NO ME GUSTA...

No me gusta ver a un entrenador poner excusa tras excusa y nunca responsabilizarse de lo que le ocurre a su equipo. Hue Jackson lleva un partido ganado de los últimos 31 jugados y el hombre nunca ha dicho que se ha equivocado en algo. La prepotencia es algo que no soporto y este señor la derrocha cada vez que se sienta en una rueda de prensa. Lamentable.

No me gustan las lesiones. Este año hemos tenido lesiones importantísimas en jugadores élite. Evidentemente, la liga pierde calidad con las lesiones de gente como Rodgers, Luck, Watt, Wentz, David Johnson o Richard Sherman, pero es peor ver cómo hay equipos incapaces de diseñar un plan de contingencia.

No me gusta ver a los equipos defender en zona. Soy un convencido de las defensas individuales. Tal y como está evolucionando el juego ofensivo en la NFL, las defensas zonales tienen demasiadas parcelas débiles y fáciles de identificar por los quarterbacks. El hombre a hombre requiere, quizás, de más talento en los hombres defensivos, pero puede provocar más errores en el rival. La defensa zonal contemporiza, pero no resuelve.

No me gusta ver las quejas de cada wide receiver cuando no consigue hacer el catch. Se está extendiendo, en demasía, ver a un receptor hacer gesto de tirar el pañuelo cuando el balón cae al suelo. Me gusta que haya contacto y que cada recepción requiera de esfuerzo y lucha por parte de ambas partes.

No me gusta que a Cam Newton no le dejen correr “porque es arriesgado”. Esta opción debilita a tu equipo y a tu mejor jugador. Tienes que preocuparte de buscar menos golpes venidos desde la presión al quarterback, no de los que pueden venir a campo abierto. Aquí se trata de pilotar tus virtudes y de esconder tus defectos, no de lo contrario.

No me gusta ver cómo se desaprovecha el talento, algo que creo se está haciendo en los Bears. John Fox está anticuado y su capacidad para gestionar un grupo joven está quedando en evidencia. El equipo de Chicago es competitivo y, aunque ha sido golpeado por las lesiones, estoy convencido que hubiese dado mucho más de sí de no tener un entrenador tan cagón. La situación de Trubisky y Cohen ha llegado a ser desesperante.

No me gusta hablar de tanking. Creo que ha quedado claro que no se puede despreciar a un grupo de profesionales por el mucho o poco talento con el que cuenten. Los Jets y los Bills han dado un ejemplo de profesionalidad a todos esos que no les respetaron en verano. A nadie le gusta perder. A nadie en absoluto.

No me gusta ver cómo los Chargers desaprovechan tantísimo talento. Unos días el kicker, otros días Rivers y otros días la gracia divina hacen imposible que nadie se fíe de ellos. Éste era su año, pero un horrible comienzo de temporada y tres errores imperdonables el día clave, los dejan contra las cuerdas. Aun así, y si consiguen entrar en playoffs, tengo la sensación que volverán a encontrar la manera de perder.

No me gusta el despropósito que han sido los Titans. Estábamos ante un equipo capaz de pelearle el status de intocables a Steelers y Patriots en la AFC, pero de la noche a la mañana se han convertido en un conjunto endeble, sin confianza y sin alma ninguna. No sé si la culpa es toda del entrenador o que a los jugadores les ha venido grande el reto, pero mi decepción con ellos ha sido gigantesca.

No me gusta McCarthy. No me gusta Capers. No me gusta que gente viva de lo que hace tu jugador franquicia. Sobran las palabras.


Posdata: Me he dejado un ME GUSTA para el final...

Me gusta ver cómo crece el football americano en España. Da igual desde qué plataforma sea. Es una maravilla ver que cada vez hay más gente que se acerca y se engancha a este deporte. Por favor, no los espantemos con tonterías.

 Rubén Ibeas
@rubenibg 

miércoles, 20 de diciembre de 2017

TODD GURLEY, EL ÚLTIMO ASPIRANTE A MVP


Este 2017 está siendo un año raro en la NFL. Posiblemente, en esta liga no haya temporadas "normales" dada su competitividad y fiereza (por algo es la mejor competición del mundo), pero este curso ha sido muy cruel con las grandes estrellas. Y, con grandes, me refiero a jugadores élite en su puesto. Cada uno teníamos una lista con candidatos a MVP antes de comenzar la temporada, y es muy posible que en el tablón de lesionados esté alguno, por no decir muchos, de los posibles ganadores de este galardón.

A medida que pasaban las jornadas, jugador que destacaba del resto, jugador que caía lesionado quedándose a las puertas de una gloria que habían merecido antes de ser sacados del terreno de juego en camilla. Todos intuíamos que Carson Wentz ya tenía inscrito su nombre en el trofeo, pero la desgracia le llegó hace solo dos semanas, cuando lo estaba tocando con los dedos. Con Wentz fuera, las miradas giraron al indefendible Antonio Brown, pero un golpe el domingo pasado, y que le dejará sin jugar las dos últimas jornadas, parece que también le privará de estar en la lista de favoritos.

Las opciones parecen reducirse a Tom Brady y a Russell Wilson. El primero de los dos es posible que sea, ahora mismo, el gran favorito, y lo es cuando no parece que esté pasando el mejor momento de la temporada, algo que, hablando de Brady, es superior al 85% del resto de quarterbacks. Wilson, en cambio, se ha caído de la pelea cuando ha demostrado ser humano. Efectivamente, Wilson no es de otra galaxia, y no ha podido seguir haciendo milagros para ayudar a su equipo a ganar partidos, aunque hubiese un momento de la temporada en que podría haberse pegado con Mayweather, peloteado con Federer o defender a Messi.

Con esto, es inevitable sumar nuevos protagonistas cuando la liga se empieza a decidir en sus últimas jornadas, y aquí llega el nombre que yo os propongo: Todd Gurley.

No se puede pasar por alto el trabajo que ha hecho Sean McVay con Goff y con toda la ofensiva de un equipo que llevaba años dando pena cuando tenía la posesión del balón. Ahora, los Rams son uno de los equipos más peligrosos a la hora de atacar, y el gran problema de las defensas rivales es el running back elegido en primera ronda del draft de 2015.

Muchos hablamos del play action como la mejor arma de los Rams y de Goff para buscar los huecos defensivos que esta jugada provoca, pero un play action no existiría si no hubiese un juego de carrera temible. Esta es la verdadera amenaza de los Rams.

SHANAHAN, ¿ESTÁS AHÍ?

Cuando te plantas delante de la televisión para ver a estos Rams, enseguida te das cuenta que hay cosas que ya has visto antes, sobretodo en el juego de carrera. Outside zones, toss plays, inside zones, formaciones con dos tight ends, etc, son situaciones que dominaban los Falcons de 2016. Todo esto lo vemos cuando el equipo de Los Angeles va por tierra y cuando le dan el balón a Gurley.

La explosividad de Gurley a la hora de ejecutar los cortes es espectacular, así como su lectura de la defensa. Los jump cuts por detrás de la línea de scrimmage son un escándalo. Lee, se para, salta a un lado y arranca a una velocidad de vértigo. En las outside zones, sus cutbacks son demoledores y cuando la ofensiva juega traps blocks (split zone, wham o pullings de los OLs), su lectura del gap abierto y del run support es excepcional.

Aún así, donde realmente brilla es en las toss plays. Primero, porque él sabe doblar muy bien la esquina y, segundo, porque McVay implementa muchos movimientos que le facilitan las yardas campo abajo. Es normal ver algún jet motion para provocar cambios de dirección en la defensa, y, además, los líneas ofensivos salen muy bien a bloquear en el segundo nivel, así como la ejecución de los crack blocks por parte de los receptores. Es todo una sinfonía perfectamente ejecutada por el actor principal: el running back.

A todo esto, hay que sumarle su capacidad para ganar yardas saliendo a recibir desde el backfield. Vemos muchísimas RB screens en los esquemas ofensivos de los Rams y, al igual que en las toss plays, el funcionamiento de bloqueos al segundo nivel de la OL es magnífico. Destacan los throwback screens cuando Gurley está en el backfield. A campo abierto, y con esa explosividad, footwork y balance acarreando el balón, se hace muy difícil derribar a Gurley.


Por este tipo de acciones y porque es la mayor amenaza y eje por el que gira todo ese estupendo ataque, es por lo que me gustaría ver a Gurley llevarse el premio de jugador más valioso del año. Su partido en Seattle refleja todo el talento y poderío del estupendo corredor. Cuando su equipo se jugaba ser campeón divisional y el poder asegurarse el pase a los playoffs fue cuando Gurley hizo su mejor partido de la temporada.


En 2017, Todd Gurley lleva 1187 yardas terrestres, promediando 4'6 yardas por intento de carrera y ha anotado 13 touchdowns. Pero, además, lleva 630 yardas de recepción, promediando 11'7 por intento y con 4 touchdowns más en su haber. Sus números son un verdadero lujo.

Quizás no es el que más nombre tiene o, quizás, no se ha hablado tanto de él como de la dupla Kamara-Ingram (por ejemplo), pero lo que sí tengo claro es que el nivel mostrado por Gurley no es inferior al de todos ellos. Yo lo pongo encima de la mesa. Vosotros decidís si son motivos suficientes para que luche por el premio.

Rubén Ibeas
@rubenibg