No voy a mentir, yo también pensé que los Chicago Bears se habían
vuelto locos en su primera ronda del pasado draft. ¿Subir un puesto y pagar
tanto por Mitchell Trubisky? ¿Por qué? Sin embargo, más de un mes después, y analizando
lo que llevamos de off-season, hay cosas que me empiezan a cuadrar y os las voy
a intentar explicar. Quizás me he vuelto tan loco como ellos, pero estoy
convencido de que tienen un plan. Un plan que tiene en Trubisky a su punta de
lanza.
Cuando Adam Gase hizo las maletas y se fue a las soleadas
playas de Miami, los Bears se quedaron huérfanos en la parte ofensiva y optaron
por darle poder al que había sido el entrenador de quarterbacks en 2015, Dowell
Loggains. El ataque de los Bears, el año pasado, no llamó la atención en
demasía o, por lo menos, no lo hizo de manera positiva salvo por algunos
nombres propios como pudieron ser Cameron Meredith, Jordan Howard o Cody Whitehair. El plan de los
Bears, y de Loggains, empieza con uno de estos tres jugadores. Pero vamos a
empezar por el principio.
LOS TITANS DE 2012
Loggains es un entrenador muy joven, aunque con experiencia en este cargo dentro de la NFL. En 2012, y también después de haber
sido el entrenador de QBs, fue contratado para el puesto de coordinador
ofensivo de los Tennessee Titans, siendo el sustituto de un Chris Palmer que llevó al equipo, en
2011, a ser uno de los peores en ataque de toda la liga. Loggains solo
estuvo un año en el puesto, pero dejó muy clara la filosofía que le gusta
implantar en sus equipos. De aquellos Titans me gustaría destacar dos
situaciones: la formación full house en el backfield y el juego de pases cortos
a zonas medias.
Es extraño ver, hoy en día, tantas situaciones con el
backfield tan lleno como se podían ver en esos Titans. Ellos, llenando el backfield, podían jugar todo
tipos de carreras, desde zonales hasta de power run. Estas full house formation
permitían al fullback, y al tight end situado en el backfield, alcanzar el segundo nivel con
cierta facilidad para bloquear a los inside linebackers. Tenían diversas variantes,
pero era habitual usar a uno para el lead block y otro para sellar al cutback defender,
o para jugar kick-out, quitando presión a la línea ofensiva, la cual
podía permitirse el lujo de centrarse en la línea defensiva y hacer dobles
bloqueos para abrir sus gaps. En el vídeo de arriba vemos como los dos tight ends salen desde el backfield, uno bloqueando al cutback defender y el otro para el run support exterior. El running back, en este caso, juega el bend (cutback) para atravesar la línea de scrimmage. Aparte, con tres hombres en el backfield, podían
generar más bloqueos en la protección de pase o usarlo como amenaza aérea
saliendo en ruta. Los personnel grouping favoritos de Loggains son los Ace (12 personnel), Tank (22 personnel), Pony (21 personnel) e incluso Heavy (13 personnel).
Los Titans de Loggains tenían en Craig Stevens a un TE/FB al
que usaban mucho en los bloqueos para el juego de carrera y a un jovencísimo
Jared Cook jugando en zonas medias o como amenaza en la red zone. Cook era un factor importante para ganar
primeros downs cortos mediante el juego aéreo, o aprovechándose de la atención
que generaba el juego de carrera para jugar el play action. Además, tenían a otro tight end, Taylor Thompson, para usarlo como bloqueador en sus distintas formaciones heavy. Las lecturas del quarterback no eran complicadas ya
que se basaban en leer a específicos defensores para elegir si buscar a un
receptor o a otro, nada de progresiones largas. Juego sencillo para el pasador. Lanzar en profundo solo lo veíamos cuando el marcador
obligaba a arriesgar. ya que intentaban cuidar el balón y minimizar errores. En el siguiente vídeo, tenemos una de estas situaciones, y una vez más con formación de dos tight ends. Ese
equipo tenía un esquema de juego muy definido, aunque la falta de calidad, y
las lesiones, no le permitió dar mucho más de sí.
Al acabar la temporada 2012, Loggains salió de la franquicia
y, en 2014, firmó como entrenador de quarterbacks en los Cleveland Browns,
junto con una de las mentes más privilegiadas que existe en el mundo del
football ofensivo actual: Kyle Shanahan. Y se nota la influencia del actual HC
de los niners sobre un Loggains que tomó el mando de las operaciones del ataque
de los Bears en 2016 y que empezó a dejar muestras de esto mismo en su primer
año como OC de los de Chicago.
LOS BEARS DE DOWELL LOGGAINS
Dowell Loggains demostró una riqueza de recursos en el juego
de carrera bastante amplio. El equipo pasaba de jugar con fomaciones en I (la
mayoría en off-set) a jugar desde shotgun o en pistol formation.
Principalmente, se vieron muchas stretchs/outside zones, split zones o toss
plays. Y la heavy-run offense con la full house formation de 2012 pasó a ser
heavy-run offense con los tight ends in-line o con situaciones similares a la
antigua flexbone.
Los Bears encontraron en Jordan Howard a un runningback que
se adapta perfectamente al juego que quiere plantear Loggains. Es un excelente
corredor jugando en zone schemes. Tiene un footwork muy rápido en los cutbacks, posee buena visión y la suficiente paciencia para ver abrirse el gap. Además, no tiene
problemas para correr entre los tackles en power run y bajar el centro de gravedad para aguantar, y romper, el tackle. Howard puede jugar muy físico cuando la situación lo requiere. Si a Jordan Howard le sumamos Jeremy Langford, Kadeem Carey y el rookie Tarik Cohen (atención al uso en trick plays de este rapidísimo atacante), nos queda un cuerpo de corredores repleto de variantes. Es decir, Loggains va a hacer lo que más le gusta en una ofensiva: correr, correr y correr. Su filosofía es proteger el balón lo máximo posible y esto lo va a intentar conseguir con su run-heavy offense. Quemar el reloj será su objetivo prioritario para 2017.
Pero,
además, los Bears cuentan con un fullback, Freddie Stevenson (elegido en el último draft) y tres
tight ends que van a hacer el roster final (Zach Miller, Dion Sims y su segunda
ronda de este año Adam Shaheen). No sé vosotros, pero yo veo una clara
inclinación, en esta plantilla, a lo que os he contado sobre aquellos Titans de 2012. La llegada de Sims y la elección de Shaheen me llevan a este
punto. La seguridad en el juego de pase, que le gusta a Loggains, comienza en
sus tight ends. Además, se espera que Kevin White supere sus problemas físicos y pueda
empezar a aportar regularmente. Con Miller, Shaheen, Sims y White, el quarterback va a tener
receptores de posesión en casi cualquier snap, lo que le permite seguir
teniendo personal 12 o 22 (dos RBs y dos TEs), que es la columna vertebral para
una run-heavy offense. Mezclar rutas en dos niveles como los conceptos slant-flat, Hi-Lo crossers, sucker route, drive, snag, spacing o smash, y buscar las comebacks en el exterior, van a ser las principales armas que emplee
Loggains para mover las cadenas por aire.
Si os habéis fijado en los vídeos de aquellos Titans de 2012,
el quarterback iniciaba el snap debajo del center. Con Loggains al mando, y
dentro de su esquema ofensivo, el quarterback se va a situar en ese spot muchas veces a
lo largo de un partido. Si volvemos en el tiempo (a 2013) y vemos la temporada
de Mike Glennon como quarterback titular de los Tampa Bay Buccaneers, podemos
observar cómo estas situaciones no van a ser extrañas para él. En esa
temporada, era habitual verle salir debajo del center para hacer el hand-off o
para jugar play action, así que el nuevo quarterback de los Chicago Bears estará familiarizado en formaciones pro. Es decir, tenemos un quarterback que sabe manejarse en
un sistema así, y jugadores lo suficientemente válidos como para adecuarse a lo
que tu coordinador te va a pedir, así que hay un plan. Los Bears han llevado un plan
desde que acabó el año pasado. Las dudas vienen cuando intentamos colocar al
Mitchell Trubisky que vimos en college en todo este sistema tan distinto al que
él jugó, ¿verdad?
COMO ENCAJA TRUBISKY EN ESTE PLAN
“Pero Trubisky no ha jugado nunca en un sistema así. ¡Nunca
ha salido debajo del center ni ha jugado ese tipo de dropbacks!”, me diréis
alguno. Totalmente cierto, amigos, pero hay solución. O, al menos, creo que puede haberla.
Como os decía antes, el plan de los Bears para este año es
darle el mínimo protagonismo a su quarterback. Todo el ataque lo van a basar en
el juego terrestre y en los espacios que puedan crear a partir de esto. Su
línea ofensiva es mucho mejor de lo que podáis pensar. El interior de esa
unidad, de hecho, es excelente. Sitton, Whitehair y Long forman un grupo muy
sólido y no me sorprendería ver crecer aún más su rendimiento si las lesiones les
respetan. Es decir, tenemos una línea ofensiva que va a jugar bien y
un juego de carrera capaz de llevar el peso del equipo. Con esto, los Bears
pueden empezar a pensar en darle snaps a su nuevo quarterback.
Si el problema
son las salidas debajo del center para alguien que nunca las ha jugado, os
puedo emplazar a lo que vimos el año pasado con Dak Prescott. En Dallas fueron capaces de implementar las situaciones de
RPO para que su QB rookie tuviese una transición algo menos traumática.
Mezclaban situaciones saliendo debajo del center y situaciones jugando desde
shotgun para que su quarterback rookie se sintiera más cómodo, dando todo el peso del ataque a
su línea ofensiva y a Zeke Elliott, su runningback titular. Con esto, Prescott fue minimizando errores, ganando confianza en su juego y llegó a un nivel el cual nos sorprendió a todos.
Con Trubisky, los Bears tienen que hacer algo muy parecido. Él tiene muy buena precisión en los lanzamientos entre los hashmarks tras RPOs, y eso es algo que deben explotar en esa ofensiva. Además, el nuevo quarterback de Chicago, tiene la virtud de salir bien del pocket para
jugar sprint-action, por lo que los roll-outs serían una buena opción dentro de
esas formaciones pro-style, así que una posibilidad para salir debajo del center serían estos roll-outs buscando el flood concept o el swap boot. Los dropbacks jugando play action, evidentemente,
los tiene que aprender casi desde cero, pero las noticias que nos llegan desde
la Ciudad del Viento son inmejorables al respecto. Es más, antes y después de
la Combine, ya se hablaba de una progresión visible en su footwork. Aun así, el
año pasado, después de la lesión de Jay Cutler, vimos a Matt Barkley jugar desde
shotgun muchas veces también, algo que Trubisky domina mejor y que
demuestra la capacidad de adaptación que tiene Loggains para cualquier
contingencia que se le presente.
Si quieren seguir siendo una run-heavy offense sin tener que
salir desde debajo del center, el coordinador ofensivo tiene diferentes maneras de poder hacerlo. Jugando desde shotgun con personal 12 (con los tight ends in-line o con los tight ends en posiciones wing) o mandando la pistol
formation (incluída la diamond formation para llenar el backfield),
convirtiendo el play action en un mesh point entre el RB y Trubisky, con
lecturas sencillas en las RPOs y con la posibilidad de que Trubisky use sus
piernas para ganar yardas por tierra quedándose él el balón, una amenaza que con Glennon no tendrían. Evidentemente, Trubisky tiene que ir mejorando
su footwork, su reconocimiento de las defensas pre/post-snap y su toma de decisiones
dependiendo de lo que se le presenta en el campo, así como crear química con sus compañeros. Lo que está claro es que le han
querido rodear lo mejor posible para que no recaiga sobre él el peso de la ofensiva. Todo lo que sea ver más de 25/30 pases por partido en cualquiera de
estos dos quarterbacks, será un problema para los Bears.
El resumen de todo esto es que los Bears no se han vuelto tan locos como parecía en un principio. O así lo veo yo. Ellos han trazado una hoja de ruta desde que acabó la temporada pasada y su objetivo ha sido formar un bloque muy sólido en ataque para mantenerlo en el campo todo el tiempo posible. No van a tener prisa, pero han dado a entender que Trubisky es su hombre de futuro para esta franquicia, por lo que están intentando ponerle en la mejor situación posible, sin presiones de ningún tipo.
Veremos mucho juego terrestre en estos nuevos Bears, crearán formaciones pesadas buscando los mismatchs con sus tight ends e intentaran aprovechar los huecos que dejen los rivales al cerrarse con hombres rápidos como Cruz, Meredith, Wheaton o Thompson.
Siguen siendo, en mi opinión, el equipo más débil de esa división, pero tengo la sensación de que va a haber un crecimiento progresivo a lo largo de esta temporada. Progresión que vendrá por ese plan que pocos parecen ver, o creer, y que tiene un nombre por encima de todos: Mitchell Trubisky.