No todos los
días se presenta la oportunidad de charlar un rato con un antiguo campeón de la
NFL. Simeon Rice ganó un anillo con
los Tampa Bay Buccaneers. Fue en la temporada 2002, recordada para siempre por
el impresionante desempeño de una defensa en la que Rice fue uno de sus grandes
pilares.
Tras doce
temporadas y 122.0 sacks a sus espaldas (12º en la lista histórica al momento
de su retirada), Rice dejó la NFL tras la campaña de 2007. En apenas diez años
el juego ha cambiado bastante en su opinión. “La principal diferencia que veo
en el juego es la reducción de su ‘fisicalidad’
por el protocolo de lesiones, lo cual creo verdaderamente que ha hecho que el
juego como tal se haya diluido. Siempre entendí el juego del football y los
peligros inherentes que tú has de asumir para jugarlo. Pero hoy día eso no
parece ser así siempre. El resultado de esto lo vemos en que las ofensivas obtienen
cada vez más puntos”.
No solo ha
cambiado la liga en el aspecto puramente deportivo. Para Rice la explosión de
las redes sociales en internet tienen un impacto tremendo. “Las redes sociales
han modificado el juego también al dar la voz y la cara a los equipos de los
pequeños mercados y sus jugadores, y lo que podría ser aún más impactante, la
oportunidad de los aficionados para llegar y tocar a sus jugadores favoritos
con sólo pulsar un botón. Los jugadores y los fans interactúan tan rápido ahora
que muchos jugadores diseñan sus marcas por las peticiones de sus fans. Esto me
lleva a hablar sobre marketing. Varios jugadores tienen marcas que producen
miles de dólares a través de empresas que actúan en las redes sociales”.
Una franquicia
históricamente perdedora como los Buccaneers logró conquistar el título en el
año 2002, pero desde entonces ha sido incapaz siquiera de ganar un partido de
playoffs. Eso no anula el optimismo de Rice de cara al equipo actual. “Estos
Buccaneers están preparados para una carrera histórica hacia la Super Bowl
debido a la ofensiva que han organizado con Jameis Winston y su grupo de receptores, y su defensa liderada por Noah Spence y compañía”.
“El mejor defensive
end de la actualidad en la NFL, en mi opinión, es JJ Watt. Esto es debido a la mezcla de potencia y velocidad que posee, así como su consistencia”.
Rice tiene claro quién es, hoy por hoy, el mejor jugador en la posición en la que
él brilló tanto. ¿Qué piensa del número 1 del draft, Myles Garrett, quien parece destinado a ser el próximo ‘edge rusher’ dominante de la liga? “Creo
que si Myles Garrett juega al nivel que presupone su talento, realmente será un
jugador franquicia. No sé cuántas veces, pero si trabaja duro y exprime sus
capacidades debería ir a numerosas Pro Bowls”.
La NFL está en
pleno mes de junio, en “modo vacacional”, pero eso no significa que deje de
generar noticias. Recientemente, hemos conocido el cambio en la reglamentación
de la prórroga, que pasa de consistir en un período de 15 minutos a uno de 10. Para
Rice “el nuevo cambio de reglas, en el overtime, debería mejorar el tempo del
juego, así que estoy a favor de él”.
En las próximas
dos semanas, los equipos desarrollarán sus minicamps con presencia obligada para
los jugadores. Enfrascados en disputas contractuales, algunos amenazan con no
acudir a estos entrenamientos. De hecho, es algo que ya hicieron durante las OTAs (‘Organized Team Activities’) del mes de
mayo. “Las OTAs son valiosas para la franquicia, aunque yo personalmente no
participé en ellas en mi carrera en la NFL. Verdaderamente, es más importante para
la franquicia que para los jugadores, ya que puede ir estudiando el equipo que tiene y qué tipo de
producto podrá poner en el campo”.
Rice no
necesitó las OTAs para convertirse en uno de los mejores pass-rushers de la
competición. ¿La clave de su éxito? “Mi jugada favorita para llegar al
quarterback rival era cualquier movimiento que me liberase hacia él y me
permitiera convertirme en uno de los mejores que se haya puesto casco y coraza.
Sin embargo, mi movimiento número uno era el “speed
rush” combinado con el ‘inside move’
a modo de ‘change up’. Yo lo llamo el
arte del engaño”.
Nuestro
analista de cabecera, Rubén Ibeas, se
ha sumergido en los vídeos de la histórica defensa de los Tampa Bay Buccaneers de
2002 para estudiar el juego de Simeon Rice:
Su principal
virtud era la velocidad. El get-off en el snap era excepcional. Además, su
rapidez de pies le hacía ser un dolor de muelas para los líneas ofensivos, generalmente más
pesados de pies que él. Esto mismo podemos verlo en el siguiente vídeo:
El primer paso
es muy bueno para ganar el exterior con el speed rush. Baja muy bien su centro
de gravedad y dobla la esquina a una velocidad de vértigo para llegar hasta el
quarterback. Cuando el QB rival jugaba dropbacks de 5-7 steps, Rice tenía muchas
posibilidades de llegar hasta él. Cuanto más largo se hacía el pocket, mejor
para el ex de Tampa. Sus largos brazos también ayudaban a contactar con el QB
aunque no estuviese cerca, provocando bastantes fumbles en el pasador justo en
el momento exacto antes del lanzamiento. Esta cualidad también le servía para
mantener al bloqueador lejos de él, evitando quedar enganchado.
El spin move era otro de los
recursos que mejor utilizaba para jugar por dentro. Todo ello, como siempre,
basado en una explosividad y rapidez fuera de lo común. Es cierto que no era
demasiado pesado, pero fue capaz de mejorar el bull-rush y añadirlo a su
arsenal.
Su motor era otra excelente
virtud en su juego. Era incansable en el pass rush hasta llegar a su objetivo.
Perseguía al quarterback, o al corredor, hasta la extenuación. Esto nos
demuestra su pasión por el deporte. Si a la velocidad le sumas sus brazos
largos y su motor, te queda un rusher élite.
En este vídeo, podemos ver
cómo, a pesar de tener a dos OLs luchando con él, es capaz de tener un get-off
muy explosivo, deshaciéndose del LT con el hump move, chocar con el LG y seguir
moviendo sus pies hasta cazar al QB. Cuando salía desde esos spots (wide 9 o
7-tech) era cuando más peligroso se volvía porque podía usar su velocidad para
ganar el edge por fuera. Y cuando el OT quería cerrar esa vía, se encontraba
con un cambio de dirección hacia dentro mortal. Aquí otro ejemplo de cómo
ganaba el interior, otra vez, con el hump move para cerra una victoria sobre
Green Bay en 2002.
Otro factor a
destacar en su juego eran sus ojos. Siempre mantenía la cabeza arriba, lo que
le permitía saber, en todo momento, donde se encontraba el balón. Así mismo,
cuando tenía que caer en alguna cobertura (rara vez, pero lo tuvo que hacer),
era capaz de estar cerca del objetivo del pase y, por lo tanto, del balón en el
caso de que hubiese una recepción.
Simeon Rice se
merece todos los reconocimientos que ha tenido en una defensa legendaria como
fue la de los Tampa Bay Buccaneers. Su estilo fue inconfundible, ya que ese 3
point stance, con el brazo que no estaba en el suelo extendido para atrás y
ligeramente levantado, es una de las imágenes de esa generación.
Pocos, muy
pocos, lograron contrarrestar esta sencilla pero efectiva táctica. En palabras
de Rice: “realmente creo que el mejor tackle ofensivo que encaré en mi carrera
fue Walter Jones, por su potencia,
velocidad de pies y equilibrio”.
Rice sigue hoy
día entrenándose a tope, lo que le permite mantenerse en un estado de forma
envidiable. En su carrera post-NFL ha realizado aventuras en la industria de la
música y del cine, llegando incluso a escribir y dirigir un largometraje,
“Unsullied”. Además de todo esto, es el fan número 1 de su hijo Jordan Caroline, estrella en el equipo
universitario de baloncesto de Nevada.
“Muchas gracias
por estas interesantes preguntas y por tomar un rato de su tiempo para hablar
de mi deporte favorito”. ¡Muchas gracias a usted, Sr. Rice!
Rubén Ibeas @rubenibg