La temporada 2016 está siendo de lo más dolorosa para los San Francisco 49ers. Sexta derrota consecutiva la cosechada ante Tampa Bay, ofreciendo una imagen muy pobre en todos los aspectos del juego y delante de unos abatidos aficionados que ni siquiera tuvieron energía para abuchear. En los últimos años he escuchado pitos de su propia parroquia a ataques comandados por Peyton Manning y Aaron Rodgers, pero oye, nosotros somos más pacientes con lo que tenemos que sufrir cada semana. Olé por la gente de la bahía.
Por segunda vez este año nos dejamos escapar un partido que abrimos con ventaja de 14-0. El ataque parecía bien engrasado en la segunda titularidad de Colin Kaepernick y la defensa respondía con un stop en 4ª y 1 y luego una intercepción de Gerald Hodges. A partir de ahí se nos salieron las cuatro ruedas y el descarrilamiento fue total. Una jornada más convertimos al runningback rival en una versión moderna de Walter Payton. Tenemos gravísimas dificultades para desprendernos de cualquier bloqueo, la asignación de gaps es nula (hola Nick Bellore) y en cobertura volvieron a aparecer graves lagunas. El novato Rashard Robinson tuvo un día duro en particular, con problemas de comunicación (defendiendo al hombre en jugadas de zona) y superado por completo en su duelo con Mike Evans.
Los equipos malos son aquellos que se procuran sus propias heridas. Los niners lo son este año. Todavía con ventaja en el marcador Kaepernick envió una imperdonable intercepción en un pase lanzado muy tarde. A la vuelta del descanso, perdiendo 17-14, tras una buena y rara serie defensiva, regalamos el balón en equipos especiales. El siguiente drive del ataque volvió a generar otro turnover. Con 44 yardas de campo total Tampa Bay sacó diez puntos más que pusieron el choque en toda franquicia para ellos.
San Francisco encajó más de 500 yardas en defensa por segunda ocasión este año (hay otro choque con 492yds), vamos camino de permitir más de 500 puntos en la temporada por primera vez en la historia del equipo y cerca de 3000 yardas solamente de carrera. Pese a estos escalofriantes números Chip Kelly no contempla un cambio en la dirección de la defensa y parece que Jim O´Neill seguirá siendo el coordinador.
Desde los altos mandos, gerencia y propietario, tenemos el silencio más profundo. Da la sensación que este chorreo de derrotas se tolera como si fuera parte normal de un proceso que nos fuera a llevar a algún sitio mejor. En su día se argumentó que Jim Harbaugh no podía ser el head coach mejor pagado porque no había ganado la Super Bowl. Eso después de llevar al equipo a tres finales de conferencia seguidas y un par de jugadas bien ejecutadas de un anillo. Lo repito y con mayúsculas: POR NO GANAR LA SUPER BOWL. Ese absurdo estándar ahora no parece aplicársele a nadie.
Entramos en semana de descanso. Muchas cosas que organizar y mejorar. Este equipo está en un auténtica encrucijada y solo un inesperado cambio de rumbo puede hacerlo volver a la senda que queremos. Vista la inacción de los grandes responsables de este desaguisado que son los 49ers de 2016 las previsiones son poco halagüeñas.