Todo lo que rodeó a Joey Bosa antes de ponerse el casco de
los Chargers fue complicado. En su evaluación pre-draft, pasó de ser el número
uno indiscutible a, incluso, ser sacado del top 10. Hubo voces que ponían en
duda su calidad o su transición a la NFL debido a que pudiese caer en un
sistema distinto al que había jugado en college. Si antes del draft había
habido opiniones en contra, éstas se volvieron más duras cuando salió a la luz
las diferencias existentes, entre él y la franquicia que lo eligió, para cerrar
su primer contrato profesional.
Apenas participó del training camp y, cuando la competición
comenzó, Bosa no dio su brazo a torcer y estuvo sin jugar los cuatro primeros
partidos. Después de ese cuarto partido, y ante el resquemor de gran parte de
la afición, los Bolts y el jugador llegaron a un acuerdo para que por fin
pudiese ponerse la armadura y el casco. Su primer partido fue frente a los
Raiders, quienes poseían una de las mejores líneas ofensivas de toda la liga, y
nos dimos cuenta del valor real de este chico. Desde ese instante, Bosa nos
dejó claro que no es un jugador cualquiera, que merecía ser el número uno de su
draft y que estamos ante alguien que puede marcar una época en el mundo del
football americano.
Joey Bosa, en estado puro.
¿4-3 O 3-4?
Los pass-rushers son especiales y, en un momento donde el
juego aéreo se está haciendo más y más importante, se hacen imprescindibles. El
problema viene cuando queremos meterlos en un sistema en el que pueden perder
ciertas características de su juego. O eso piensan muchos.
Hoy en día, hablar
de 3-4 o de 4-3 es muy arriesgado. Los paquetes en defensa que los coordinadores
defensivos ofrecen, hacen cambiar la perspectiva de un solo estilo o manera de
defender. Ahora mismo, cualquier equipo desarrolla distintos spots para que sus
líneas defensivos aprovechen mejor sus virtudes.
Cuando los Chargers eligieron a Bosa, la gente se echó las
manos a la cabeza porque, por aquel entonces, el equipo de San Diego jugaba en
una 3-4 base, algo que no concordaba con la 4-3 que siempre habían jugado en
Ohio St, la universidad de Bosa.
A él no parecía importarle mucho. “Puedo verme jugando en
cualquier posición de la línea defensiva. He estado jugando de pie, con las dos
manos en el suelo e incluso cayendo en cobertura en el cuerpo de linebackers.
Estoy preparado para jugar en una defensa 3-4 o en una 4-3. Podéis decir que
estoy más cómodo en una 4-3 porque siempre he jugado así, pero nunca he jugado
en 3-4, así que no puedo asegurar que no lo vaya a estar ahí también”. Y tenía
razón.
La clave, cuando hablamos de línea defensiva, no es dibujar
esquemas. La clave es hablar de alineamiento. En una defensa base 3-4 (Okie
Front), los tres hombres interiores de esa línea (RDE, NT y LDE) tienen una
responsabilidad de dos gaps, mientras que los OLBs tienen la obligación de
mantener el contain exterior, defender el cutback y de atacar solo el gap más
exterior. Sin embargo, esto ha ido evolucionando hacia una defensa más híbrida.
Wade Phillips es una de las mentes más prodigiosas en cuanto a defensa se
refiere, y ha sido capaz de mezclar conceptos dejando las virtudes de cada
jugador al descubierto, sea cual sea el esquema.
Cuando Joey Bosa aterrizó en los Chargers, se encontró con
una línea formada por Brandon Mebane como NT, Liuget como DE, Ingram como OLB y
con la duda de si el número tres del draft se situaría como OLB o como DE.
Parecía claro que como OLB no podría jugar. O eso decían. Evidentemente, la
posición de defensive end corresponde a un spot en 5-technique. Bosa, en su
etapa en college, jugaba en una 4-3 muy marcada. Las responsabilidades eran de
un solo gap para esos cuatro hombres de línea (salvo para uno de los DTs, el
cual podría estar encargado de dos gaps) y él se situaba, la mayoría de las
veces, en 6-7 o 9-technique. Complicado que se adapte a una defensa, con la
obligada responsabilidad de dos gaps que conlleva, cuando nunca lo había hecho,
¿no? Pues no, porque si su spot sigue siendo de un gap, Bosa seguirá brillando
sea lo que sea que dibujemos en el papel.
Para que Bosa se encargase de un solo gap en una 3-4, solo
había que mover un par de cosas. Para esto, la 3-4 base se convirtió,
cuando el rookie estaba en el campo, en una 3-4 Under.
Aquí, podemos ver como el DE del strong side se alinea en
5-tech con la única responsabilidad de un gap, ya que el otro gap que debería
defender es ocupado por uno de los dos middle linebackers. A su lado, y en 9-technique, tenemos al OLB encargado de mantener el contain en caso de
carrera o de hacer el rush exterior en caso de que la jugada vaya por aire.
Pero lo más importante es que Bosa también podía adaptarse a
jugar el spot de OLB cuando sus responsabilidades fuesen el rush exterior y el
contain. Su fantástica lectura de juego, y sus instintos, le permiten alinearse
en 9-technique en esta 3-4 Under Front. Con lo que ya tenemos a Joey Bosa
jugando en una 3-4 en la cual se decía que no encajaba. Y con grandísimos
resultados.
Aun así, viendo los partidos de los Chargers en 2016, te das
cuenta que la mayoría de los snaps que jugó Bosa lo hizo en una línea de cuatro
hombres (defensas nickel), dejándolo la mayoría de las veces en situaciones donde él estaba más
acostumbrado (6-technique, 7-technique o wide 9), así que su transición tampoco
fue tan traumática como muchos auguraban nada más conocerse su pick. Además, si
tienes talento para dar y regalar, todo se vuelve más sencillo.
LA EXCELENCIA DE BOSA
Bosa cambió la defensa de todo su equipo. Fue tan
determinante, que consiguió cambiar los ataques a los que se enfrentaban y les
obligó a jugar dobles bloqueos contra él, facilitando el trabajo del resto de
compañeros. Bosa creaba para él mismo y para los demás, y, a pesar de la plaga
de lesiones que azotó al equipo, consiguió hacer funcionar a una defensa cogida
con alfileres durante la segunda parte de la temporada.
El Rookie Defensivo del Año en 2016, dejó claras muestras de
todo su arsenal en tan solo 12 partidos jugados. Joey Bosa acabó con 10’5
sacks, 41 tackles, 23 hurries y 1 fumble forzado. Todo ello en 12 partidos y
siendo rookie. Bestial.
Lo primero que llama la atención de Bosa es su reacción al
snap. Ese primer paso es super explosivo cuando se inicia la jugada y es lo que
le permite desarrollar todo tipo de rusher moves. Es raro no verle coger alguna
ventaja desde que se pone el balón en juego. Una vez que comienza el rush, y le
vemos en contacto con el bloqueador, exhibe su potencia en el tren superior.
Sus brazos y manos son muy poderosas y es capaz de poner “sobre patines” al
línea ofensivo. Además, su hand placement es excelente, consiguiendo poner sus
manos en el pecho del bloqueador la mayoría de las veces.
Pero no todo es potencia. El uso que hace de sus manos le
permite no quedarse enganchado con el rival cuando intenta cambiar de dirección.
Es habitual ver como se deshace de las manos del OL para poder jugar un
movimiento interior o para iniciar el pursuit al balón. Antes os dije que su
explosión al snap era su principal virtud. La segunda es su motor.
Bosa es incansable. Siempre mantiene la cabeza arriba y los
ojos en el balón para saber dónde tiene que ir. Si el quarterback se mueve en
el pocket esperando a un receptor abierto, Bosa termina encontrando el camino
para conseguir la presión. Si, por el contrario, el quarterback sale del
pocket, el ex de Ohio St comenzará la persecución hasta derribarlo. Es
sorprendente la capacidad de esfuerzo, y pasión, que demuestra en cada snap.
Con todo esto, el get-off, las manos y el motor, muchos
jugadores destacarían en la liga, pero Bosa tiene más condiciones aún. Al bull
rush se le unen el spin move, el rip move, el speed rush o el swim move. Domina
muchísimos aspectos del juego y los usa con muy buen criterio. La velocidad de
pies es una constante cada vez que juega el rush, ya sea para cambiar de
dirección y atacar el gap interior, para jugar fake steps o para su usar su
spin move.
Por otro lado, contra la carrera también funciona muy bien.
Su gran lectura del juego y sus ojos en el backfield le permiten estar cerca
del balón. Su explosividad al snap le facilita, muchas veces, poder penetrar en
el backfield para provocar el tackle para pérdida de yardas o para hacer que el running back
cambie de dirección y se encuentre en su camino con otro defensor. Es complicado ver que
alguien lo domine en el juego terrestre, cierra muy bien su gap y no deja que el push del línea
ofensivo le saque de su responsabilidad. Mantiene un muy buen leverage, y el hand placement del que os hablaba antes, más su potencia en el tren superior, le permiten controlar su gap en todo momento. A su vez, cuando ejerce de cutback
defender, consigue minimizar el daño con su magnífica técnica para placar.
La llegada de un coordinador defensivo como Gus Bradley, debería
ser un acicate para que Bosa desarrolle aún más su talento. Bradley va a
cambiar la defensa base (la 3-4 de John Pagano) a una 4-3, aunque, como expliqué anteriormente, es algo que
no debería afectar en demasía el juego de Bosa. De hecho, hace pocos días, fue el propio jugador quien lo contaba en los medios. "El año pasado realmente me vi jugando mucho en sub-paquetes, en 5/6-technique, los cuales eran como una defensa 4-3. La mayoría de las veces, sólo jugaba el contain exterior y el rush hacia el quarterback por fuera. El cambio a 4-3 será volver a lo que he jugado en la universidad. No es tan grande como el del año pasado y, además, creo que fue genial". Y vuelve a tener razón.
La propuesta de Bradley va a pasar por jugar fronts de cuatro hombres en la línea. Veremos la 4-3 Over y la 4-3 Under. Ésta última es la que tan buen resultado le dio en su etapa con Pete Carroll en los
Seattle Seahawks. En esta defensa, Bosa puede jugar como LEO o como defensive end en 5-technique, algo parecido a como usan a Michael Bennett los
Seahawks. La versatilidad de Melvin Ingram, además, hace que esta 4-3 Under vaya a ser
un dolor de cabeza para las líneas ofensivas rivales.
También me gustaría ver a Bosa jugar en una Wide 9 pura. Saliendo
tan abierto, con tanto espacio y con ese excelente get-off, el speed rush o sus
inside moves pueden ser un quebradero de cabeza para los tackles ofensivos. Su
velocidad de pies puede ser demoledora siempre que el atacante intente evitar
el rush exterior y conceda el hueco por dentro.
Estamos ante una temporada que, al contrario de lo que puede
pensar mucha gente, parece prometedora para los Chargers. El cambio de
domicilio puede haber tapado todas las virtudes que atesora un equipo que jugó
a buen nivel durante la primera parte de 2016. Las lesiones fueron lastrando a
la franquicia hasta llevarlos a un último mes en el que parecían no tener rumbo
y, ahora, con la renovación del staff técnico, y con un draft muy interesante,
las ilusiones deberían estar creciendo entre sus aficionados. Lo malo es que,
estos mismos aficionados, llevan tiempo dándose de bruces con una realidad que
no es la que ellos esperan.
Bosa no les va a defraudar, porque tienen un chico de los
que aparecen cada mucho tiempo. Joey Bosa va a ser una estrella.