A medida que avanzaba
la temporada en college, un nombre
sonaba cada fin de semana en todos los círculos del football universitario. Jabrill
Peppers llenaba las portadas y las
noticias de los medios americanos con sus espectaculares highlights. Además, su universidad, Michigan, iba ganando partido a partido y, de la mano de Jim Harbaugh, se postulaba como uno de los mejores equipos del país.
Razón no le faltaba a los que esto pensaban, hay que ser justos.
La temporada de Michigan terminó con tres derrotas en
sus cuatro últimos partidos y con Peppers
perdiéndose la Orange Bowl frente a Florida State. Aun así, Mr. Everything
(así apodaban a Peppers por ser
capaz de hacer muchas cosas sobre el emparrillado) seguía teniendo un cartel
importantísimo de cara al próximo draft
del día 27 de abril. A pesar de ser junior
y poder jugar otro año más en su universidad, decidió subirse a la ola y
presentarse al evento, siendo uno de los prospects
con más posibilidades para salir en primera ronda. Incluso gente como Mike Mayock, uno de los mayores especialistas en el draft, ha dicho que para él es, como mínimo, top 5 global. Yo no
opino lo mismo y, por eso, lo voy a explicar en estas líneas.
Jabrill Peppers se ha movido por
casi todos los sitios posibles de una defensa. Ha jugado de linebacker, de free safety, de strong safety, de cornerback y
hasta incrustado en la línea defensiva como rusher
puro. Quizás esto pueda parecer algo positivo, pero yo creo que no le ha venido
bien. Ha jugado de todo, pero sin especializarse en nada. Se halaga la
versatilidad en un jugador, pero con cierto criterio. No puedes poner a alguien
en un sitio donde no rinde bien, ni ayuda al equipo. Para mí, Peppers debe ser un strong safety. Nada más.
Jabrill es un atleta como la copa de un pino. Su explosividad, velocidad y
potencia son extraordinarias. Esto le permite tener mucho rango en un campo de football. Muchísimo. Es decir, es capaz
de recorrerse de lado a lado el campo con suma facilidad, llegando antes que el
resto.
Cuando miras los primeros
partidos de Michigan, el número
cinco te llena los ojos. Lo ves moviéndose por todos los lados. Aparece por
aquí y por allí, y siempre situado al lado del balón. Es cierto que la calidad
de estos rivales no es la más óptima, por lo que su superioridad física arrasa
a los ataques. Lo ves entrando al blitz,
parando la carrera con una potencia fuera de toda duda y persiguiendo
receptores como si fuera su sombra. Muchas cosas y todas bien hechas. El
problema de esto es que, a medida que avanzaba la temporada, y sus rivales eran
mejor técnicamente, la superioridad física de Peppers iba pasando a un segundo lugar. Seguía moviéndose a la
velocidad de la luz, pero a sitios donde no debía. Y esto es lo que más me
chirría de su juego. En cuanto la jugada toma un perfil más “refinado”, Peppers sufre. Me explico.
Él es bueno blitzeando cuando se abre el gap. Es muy rápido y explosivo, así que
en cuanto se lanza el snap, son
décimas de segundo lo que tarda en llegar al quarterback. Incluso yendo por fuera, desde el slot, puede batir a los OTs
debido a su velocidad y tamaño (puede doblarse bien). El problema viene cuando
se encuentra con algún obstáculo de por medio. Cualquier contacto, por pequeño
que sea, deja a Peppers lejos del
balón. Es claramente dominado en los bloqueos de la línea, pero también lo es
cuando los tight ends son los que ejecutan estos bloqueos en el segundo nivel.
Incluso le he visto pasarlo mal frente algún wide receiver. Toda su
peligrosidad como posible rusher se
pierde entre los bloqueos del ataque. Y
eso que me parece un buen tackleador.
El chico tiene buena técnica de placaje y va con mucha agresividad y dureza. A
veces se le ve coger algún mal ángulo en campo abierto debido a esa agresividad
(los juke moves le hacen daño), pero eso es fácil corregirlo si se entrena. Su
ética de trabajo no parece que vaya a ser un problema, al contrario.
En cobertura de pase, Peppers persigue bien a los receptores
cuando está en hombre a hombre. Su velocidad, nuevamente, le permite estar más
o menos pegado con el posible objetivo del QB, pero tiene algún problema
localizando el balón cuando está en el aire ya que solo tiene ojos para el
receptor. Sin embargo, en off-man tiene muchísimos problemas. No
reconoce la ruta que se le avecina, ni cuándo se va a ejecutar. Tarda en
arrancar, más de lo debido, al corte, por lo que es habitual ver al receptor
ganar la separación necesaria para poder recibir el pase. No hablamos de los double moves, porque en esas situaciones sí que no se entera de nada. Cuando
defiende en zona, y la ruta del receptor transcurre delante de él, a cierta
distancia (flat routes, quick out o quick in), sí puede
minimizar la ganancia de yardas porque es explosivo y puede llegar en muy pocos
segundos al balón.
Sin embargo, el problema que
más me preocupa del joven jugador es su pobre lectura de las situaciones en las
que quarterback y running back se cruzan con el balón de por medio (mesh point). Es decir, play actions,
read options, run-pass options
o trick plays. Peppers mantiene
sus ojos en el posible acarreador/receptor y se olvida del balón. Suele
arrancar con esa explosividad hacia donde no debe, por lo que acaba muy lejos
de la dirección real de la jugada. Esto sí que es preocupante. Es susceptible
de comerse los fakes del quarterback.
Mi conclusión final es
sencilla. Jabrill Peppers ha brillado en su periplo
universitario porque su físico es privilegiado. Como retornador es un jugador súper interesante, ya que sabe explotar su
potencia y velocidad como pocos jugadores. Incluso como RB podría ayudar en determinados momentos. Pero como defensor tiene
muchas cosas que mejorar, cosas que tienen que ver con las lecturas y el conocimiento
del juego.
Los equipos NFL adoran las cualidades físicas que
presentan chicos como Peppers.
Cuanto más rápido seas, y más campo puedas cubrir, más posibilidades tienes de
salir en un lugar muy alto del draft.
Lo hemos visto estos últimos años y lo veremos en años posteriores. Es
indudable que la velocidad es algo importante en un juego como este, pero no lo
es todo. O, por lo menos, yo no quiero pensar que lo sea.
A finales de abril, casi con
toda seguridad, veremos salir elegido a Peppers
entre los 32 primeros jugadores (primera ronda). La franquicia que se lo lleve
tendrá entre sus manos a un jugador que puede hacer muchas cosas, aunque no de
la mejor manera. Tendrá que trabajar duro en los training camps para
ganarse un sitio entre los titulares, porque su físico, en NFL, no será mejor que muchos a los que se enfrente. No tiene que
ser Mr. Everything para brillar, solo tiene que ser una cosa: un buen strong safety.
Rubén Ibeas (@rubenibg)
Rubén Ibeas (@rubenibg)