Capítulo 1.- La necesaria
reivindicación de Mike Nolan.
Dos victorias y catorce derrotas. Ambas victorias conseguidas contra el
mismo rival divisional en horas muy bajas. Una plantilla con un nivel de
talento indigno de la NFL. Un entrenador con un glorioso currículum
universitario y una decepcionante experiencia previa en la NFL al frente del
equipo. Un General Manager que había superado claramente su umbral de
incompetencia. Un propietario en entredicho que dos temporadas antes se había
deshecho de un exitoso entrenador por “diferencias filosóficas”. ¿Os suena de
algo?
Pues esto es lo que había en la franquicia de nuestros amores al
finalizar la temporada 2004. ¿Cómo es posible que doce años más tarde hayamos
vuelto al mismo y lamentable punto de partida? ¿Cómo se explica que partiendo
de la nada hayamos completado un círculo vicioso para llegar a la más absoluta
de las miserias? Las razones son múltiples y variadas y por eso me he decidido
a revisitar el pasado para extraer conclusiones y realizar un análisis lo más
desapasionado posible y bastante alejado de la “corriente oficial” que detecto
entre la fanaticada minera.
Éste es el primero de una serie de tres artículos en los que pienso
repasar este disparatado proceso con el fin de arrojar una visión bastante
diferente y, creo, necesaria. En un cuarto y último artículo intentaré extraer
conclusiones de todo este embrollo y ofrecer mi visión sobre el rumbo que
debería tomar la franquicia para evitar un proceso de reconstrucción tan largo
y, sobre todo, tan poco exitoso.
A modo de “disclaimer” anticipo que estos son escritos de un aficionado
minero para aficionados mineros. Perdonadme algunas expresiones y excesos de
confianza que me voy a tomar a la hora de escribir. Estamos en familia y con la
familia uno se puede tomar ciertas libertades en el trato. No pretendo epatar a
nadie con una prosa profunda y elevada, no soy periodista así que perdonadme
mis circunloquios, excesos verbales y patadas al diccionario. Al lío.
Mike Nolan a su llegada a San Francisco en enero de 2005. |
UN POQUITO DE HISTORIA PARA
EMPEZAR.
Estamos en el año 2004. El equipo había completado la peor temporada de
su historia (hasta entonces). Récord de
2-14 con las dos únicas victorias conseguidas de manera agónica contra los
Arizona Cardinals. Una plantilla pésima, confeccionada con retales y jugadores
indignos de la NFL, sin jóvenes prometedores y muy pocos veteranos válidos para
asentar un proyecto de reconstrucción.
Pinchando aquí podéis ver el roster de esa temporada. Os reto a encontrar al menos diez jugadores que tuvieran una carrera digna. Jeff Ulbrich, Derek Smith (dos mediocres máquinas de placar por defecto), Bryant Young, Andre Carter, Brandon Lloyd y Julian Peterson eran los únicos veteranos "salvables" y de los jóvenes pudimos sacar algunos jugadores dignos como Shawntae Spencer, Eric Heitmann, Justin Smiley o si me apuráis (y es mucho apurar) Arnaz Battle y Kwame Harris. Las dos grandes "estrellas" futuras de esa plantilla han sido el punter Andy Lee y el safety Mike Adams, quien, sorprendentemente para aquellos que recuerden su periplo en el equipo, se ha convertido en un excelente jugador.
También teníamos un general manager en la picota como Terry Donahue que había despedido dos años antes a un exitoso entrenador como Steve Mariucci por "diferencias filosóficas" y que había tenido que desmantelar la plantilla en el 2003 por culpa de su nefasta gestión del salary cap. Otra gran diferencia con la situación actual, la degradación de la plantilla había llegado a causa de la incompetencia ABSOLUTA de Donahue en todos los frentes. Desde la selección de personal técnico, a su nefasto olfato en el draft (dos puntos que comparte con Trent Baalke) pasando por su nulo manejo del mercado de traspasos (a cambio de Terrell Owens sacamos una cuarta ronda y a Brandon Whiting) y la agencia libre, amén de su ya comentada nefasta planificación del salary cap.
Terry Donahue (derecha) dejó al equipo en la ruina deportiva. |
A nivel institucional la cosa también estaba bajo mínimos con el
propietario John York fuertemente
criticado por su absoluto desinterés por un equipo que había caído en sus manos
"de rebote". También en este caso la situación actual es diferente
para mejor, al menos el actual propietario sí está involucrado en el proyecto
del equipo. Sin olvidar que por aquel entonces todavía estábamos jugando en
Candlestick Park.
A grandes rasgos esa era la situación cuando desde la gerencia del
equipo se decidió despedir a Terry
Donahue y a Dennis Erickson (un
mediocre entrenador metido en una situación imposible) para fichar a Mike Nolan como nuevo head coach y
máxima autoridad deportiva de la franquicia. Conviene recordar esto último
porque, escarmentados de la experiencia Donahue, se decidió no incorporar la
figura del General Manager en la nueva directiva del equipo. Nolan era amo y
señor para tomar todas las decisiones relativas a la configuración de la
plantilla contando con el apoyo de Scott
McLoughan como director de personal.
Es importante recalcar esto último ya que, si bien la labor como
entrenador de Nolan resultó muy deficiente, su actuación como gestor de la
plantilla fue admirable e injustamente olvidada. Precisamente por eso me he
decidido a destacar su figura. Porque me toca los cojones que a McLoughan
(merecidamente por la parte que le toca) todo el mundo le dé el mérito en la
reconstrucción de la plantilla cuando el responsable último de la mayoría de
las decisiones fue Mike Nolan y dichas decisiones estuvieron fuertemente
influidas por su personalidad y su manera de entender el football.
LA NFL SEGÚN MIKE NOLAN.
Hablo de
Nolan para corregir por exceso la falta de reconocimiento que ha recibido en
favor de McLoughan pero que quede claro que, a efectos de filosofía
footballística, ambos estaban cortados por el mismo patrón. En las labores de
reconstrucción de la plantilla el mérito debería repartirse prácticamente a
partes iguales entre los dos, pero como la corriente oficial ha decidido
ningunear la figura de Nolan yo centro el análisis en él a modo de (a mi
juicio) reivindicación.
Como antiguo
coordinador defensivo la concepción del football de Nolan clava punto por punto
los estereotipos más tópicos. Su ideal footballístico pasaba por construir un
equipo “a prueba de quarterbacks”. Prioridad absoluta para las trincheras a
ambos lados del balón, juego de carrera, defensa, batalla posicional y el
quarterback en un discreto segundo plano. Es una fórmula de éxito más que
comprobada y que se ajusta como anillo al dedo a mis gustos. Si os dais cuenta
esta filosofía es la que está repitiendo McLoughan en su paso por los
Washington Redskins.
Scott McCloughan (centro), Nolan y un joven Jed York (derecha). |
Aparte de eso
Nolan compartía los gustos por los jugadores grandes, físicamente poderosos y
con un nivel de compromiso absoluto con el football. Nada de divas o “prima
donnas” salvo en casos realmente excepcionales.
Otro punto
destacado en su ideario era la necesidad de construir la base del equipo a
través del draft, utilizar la agencia libre para rellenar huecos con veteranos
de nivel medio y sólo tirar de chequera para incorporar a jugadores realmente
desequilibrantes.
Entrando en
apartados más específicos Nolan “despreciaba” las skill positions en favor de
las trincheras con especial hincapié en las posiciones de runningback y
secundaria. No era partidario de realizar grandes inversiones en esas
demarcaciones ya que para él el funcionamiento de esas unidades se “mejoraba” a
través de los “gordos”.
Otro punto a
favor de Nolan era que a pesar de tener muy claras las líneas maestras era lo
suficientemente flexible como para “traicionar” su ideario siempre que la
ocasión ofreciese un jugador que pudiese marcar diferencias. A lo largo de este
repaso podremos comprobarlo y veremos que los resultados no fueron demasiado
satisfactorios pero creo que ese punto de escepticismo resulta sano y necesario
para la correcta gestión de un equipo.
LA FILOSOFÍA DE MIKE NOLAN EN ACCIÓN.
En su primera temporada al frente del equipo ya pudimos comprobar todas
las características de Nolan como gestor. En el draft empezó demostrando esa
“flexibilidad” traicionando su catecismo al escoger a un quarterback con la
primera elección. Grave error. Si vas a apostar por un QB en esa situación
hazlo con el convencimiento de que ese QB va a ser un crack absoluto, no
busques un simple gestor que se limite a obedecer y tragar con el papel
secundario al que le va a condenar tu filosofía. Por desgracia para nosotros Alex Smith encajaba mucho mejor en ese
rol que un tal Aaron Rodgers y no
hace falta que os cuente como acabó esta historia. El resto del draft es Mike Nolan al cien por cien. Trincheras
a saco, un corredor en tercera ronda (nunca antes) y un “concurso oposición” de
picks “experimentales” para las posiciones de habilidad en las rondas bajas.
En la agencia libre más filosofía Nolan, a poner la pasta sobre la mesa
por el mejor left tackle disponible en el mercado, Jonas Jennings. La línea ofensiva como prioridad absoluta para
empezar a construir el ataque.
Los
resultados deportivos fueron decepcionantes (tampoco es que hubiese plantilla
para esperar otra cosa)
pero a lo largo de la temporada ya pudimos ver algunos
detalles interesantes. El principal (a mi entender) era la nula disposición de
Nolan para transigir con los caprichos y desavenencias de los jugadores que
había heredado. Jugador que no encajaba con su filosofía, jugador que salía del
equipo a velocidad absurda.
Alex Smith fue la primera elección de draft en la era Nolan. |
Esto se pudo
apreciar en su segunda postemporada. Cuatro de los jugadores presuntamente más
talentosos del equipo como eran Julian
Peterson, Andre Carter, Brandon Lloyd y Kevan Barlow abandonaron la franquicia por la puerta de atrás. Los
dos primeros no fueron renovados puesto que no encajaban con el esquema
defensivo mientras que los dos últimos fueron traspasados. Ni que decir tiene
que soltar a esos jugadores después de una temporada tan mala como la 2005 no
fue bien recibido por la prensa y la afición. Nolan demostró tener las ideas
muy claras y una determinación a prueba de bomba.
En esa misma
pretemporada volvimos a apreciar las “contradicciones” de Nolan. Dos jugadores
talentosos pero de carácter cuestionable como Vernon Davis y Antonio
Bryant llegaron al equipo vía draft y agencia libre. Apuesta fuerte en la
agencia libre por un jugador de prestigio como Larry Allen para reforzar aún más la línea ofensiva. Apuestas de
menor calado por jugadores veteranos como Walt
Harris, Trent Dilfer como mentor
de Alex Smith (si escoges a un QB
como Dilfer para asesorar a tu joven QB ya me dirás qué puedes esperar, por
cierto), Marques Douglas o Bryan Gilmore (el rey del end around).
En el draft se apostó por buscar playmakers para Alex Smith (que el hombre los necesitaba más que el comer),
reforzar la trinchera defensiva y el habitual “concurso oposición” para la
secundaria en las rondas bajas. Y en todos los casos salvo el de Vernon Davis con especial hincapié en
el carácter de los jugadores.
La
insistencia de Nolan en buscar jugadores “ejemplares” llegó hasta tal punto que
en los círculos del equipo se empezó a hablar de los “Nolan guys”, jugadores no
excesivamente talentosos pero con una pasión por el football a prueba de bomba
y que contribuían a generar un buen ambiente en el vestuario. Delanie Walker, Parys Haralson y Michael
Robinson (los tres fueron capitanes en sus respectivas universidades) son
los ejemplos más claros.
La temporada
2006 resultó de lo más esperanzadora, al equipo todavía le faltaba mucho
talento pero al menos se vislumbraba un proyecto serio y con las ideas bien
claras. Por desgracia para nosotros todo ese proyecto se fue al carajo cuando Norv Turner abandonó la nave para ser
el entrenador de los Chargers, pero eso no lo sabíamos y la pretemporada del
2007 se encaró con la idea de realizar “el gran salto” que debía convertir al
equipo en un legítimo contendiente por el título divisional.
Las bases
estaban ahí. Una línea ofensiva en la que se había invertido fuertemente y que
funcionaba bastante bien, un quarterback que había progresado adecuadamente en
su segunda temporada en la liga. El ataque parecía ir por buen camino. En
defensa faltaban jugones y se notaba pero eso era algo que estaba previsto en
el plan de Nolan. En sus dos primeros años su obsesión había sido montar el
ataque a sabiendas que la parcela defensiva era su especialidad. Con unas
cuantas incorporaciones debería bastar para montar una unidad competitiva y a
ello se dedicó la pretemporada del 2007.
La marcha de Norv Turner fue un mazazo para Alex Smith. |
La agencia
libre supuso el pistoletazo de salida y nos trajo los rimbombantes (y decepcionantes)
fichajes de Nate Clements, Michael Lewis y dos incorporaciones
interesantes como Tully Banta-Cain
(premio de consolación para el pass rush ya que Adalius Thomas se nos escapó ante el brillo irresistible de los
Patriots) y Aubrayo Franklin. Dos
pro bowlers de una tacada para reforzar una secundaria muy necesitada de
talento, un pass rusher de presunto gran potencial y un muy necesario nose
tackle. ¡Bien coño bien! ¡Que felices nos las prometíamos!
En el draft
también se apostó claramente por reforzar la defensa (seis jugadores defensivos
incorporados) y apuntalar el punto más débil de la línea ofensiva con la
incorporación de Joe Staley (la
maniobra para volver a entrar en primera ronda y levantárselo delante de las
narices a los Ravens fue una auténtica virguería).
Con todas
esas incorporaciones el equipo parecía preparado para todo pero lastrados por
la fenomenal incompetencia de Jim
Hostler (AKA EL PEOR COORDINADOR OFENSIVO DE LA HISTORIA) todo se fue al
garete en tres partidos. Justo lo que hizo falta para que se lesionase Alex Smith. A partir de ahí la
hecatombe, ocho derrotas consecutivas en las que Mike Nolan envejeció diez años
y perdió completamente el norte. Ahí se acabó Nolan y aquí se acaba esta
historia que ya me he enrollado bastante por ahora.
CONTINUARÁ…
P.D. Lista de
jugadores notables incorporados durante estos tres años con Nolan al mando de
las operaciones.
DRAFT: Alex Smith, David Baas, Frank Gore,
Adam Snyder, Vernon Davis, Manny Lawson, Michael Robinson, Parys Haralson,
Delanie Walker, Patrick Willis, Joe Staley, Ray McDonald, Dashon Goldson y
Tarrell Brown.
AGENCIA LIBRE: Jonas Jennings, Joe Nedney, Walt
Harris, Larry Allen, Marques Douglas, Nate Clements, Michael Lewis y Aubrayo
Franklin.
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