Un touchdown en el primer drive y otro en el último. Eso es todo lo que necesitó San Francisco para apuntarse su tercera victoria consecutiva y séptima de la temporada. Entre medias un encuentro dominado por las defensas tanto por su buen hacer como también por la ineptitud de los ataques.
Si el domingo anterior fueron los errores de Eli Manning los que permitieron salir de Nueva York con el triunfo, esta vez fue la apatía de un Robert Griffin III que está jugando sin el más mínimo atisbo de confianza en sus posibilidades. La presión del front four formado por Aldon Smith, Ray McDonald, Justin Smith y la combinación de Ahmad Brooks y Aaron Lynch, provocó cinco sacks sobre el quarterback de Washington al tiempo que inundaba el pocket en otras muchas ocasiones.
Otro cantar fue el desempeño de una ofensiva que salió lanzada con un touchdown muy rápido pero que luego entre fumbles y malas posiciones de campo volvió a bloquearse como tantas otras veces esta temporada. Si los Philadelphia Eagles son el paradigma del juego veloz en ataque, San Francisco es el polo opuesto por lentitud y pesadez en sus acciones. Por momentos daba la sensación que los jugadores marchaban cansados al trote a la línea de scrimmage. Cuando había que ganar 6 yardas se conseguían 5, si faltaban 5 llegaban 4 y si tan solo una yarda era necesaria tampoco se sumaba el primer down. Muy significativo fue un QB sneak de Colin Kaepernick que no solo no generó el primer down sino que casi perdió una yarda completa. ¡En un QB sneak! Incluso en el último drive ganador parecía que íbamos por delante en el marcador por la parsimonia de los jugadores. Daba la sensación que jugábamos el "four minute offense" (ataque para liquidar un encuentro que vas ganando) en lugar del "two minute offense" (ataque diseñado para anotar de forma rápida cuando vas por detrás). Absolutamente desesperante.
La línea ofensiva apenas pudo mover a sus oponentes en las acciones de carrera, algo que se hizo especialmente evidente en las jugadas off-tackle. Ni siquiera nuestra carta más segura, la de seguir a Joe Staley y Bruce Miller por el lado izquierdo, dio el resultado esperado. Si a esto sumamos la desaparición en combate de Vernon Davis y la epidemia de "drops" que sufre Michael Crabtree tenemos un ataque inconsistente como pocos.
GAME BALL -> Anquan Boldin: no todo fueron malas noticias. Nos queda un Anquan Boldin que fue sin duda el MVP con sus recepciones cruciales para abrir el marcador y sobre todo para cerrarlo. Al igual que la temporada pasada, Boldin está siendo el jugador más regular de San Francisco en ataque y el único de los "skill players" con el que se puede contar semana sí y otra también.
Anquan Boldin fue clave en los dos touchdowns de San Francisco |
No hay mucho tiempo para centrarse en analizar los problemas de la ofensiva. El jueves tenemos un partido que estaba marcado en rojo desde que salió el calendario hace meses. Recibimos a los Seahawks en un choque que dadas las circunstancias es mucho más que una revancha. Si los niners quieren llegar a playoffs todo pasa por ganar al menos uno de sus dos compromisos con Seattle. Los actuales campeones vienen de un encuentro durísimo con Arizona que seguro habrá dejado huella pese al triunfo cosechado. No hace falta ser un genio para predecir un partido dominado por las defensas, de baja anotación y que casi con total seguridad se decidirá tras el último "two minute warning". Al fin y al cabo así han sido los cinco primeros encuentros de historia del Levi´s Stadium.
No hay comentarios:
Publicar un comentario