Los 49ers batallaron toda la noche pero al final una gran combinación entre Eli Manning y Larry Donnell les negó el triunfo. Es la cuarta derrota consecutiva de San Francisco, y octava en diez partidos volviendo atrás a la temporada 2014.
En un claro contraste a lo visto en los dos últimos encuentros, el ataque de los niners se mostró muy efectivo, especialmente en una segunda mitad en la que anotó tres touchdowns, incluido el último a 1:49 de la conclusión que parecía que podría darle la victoria a los niners.
Sin embargo, esta vez fue la defensa la que no se presentó a jugar. Manning dirigió un drive de 82 yardas en poco más de un minuto (sin los servicios de sus dos receptores principales) ante la impotencia de Eric Mangini y sus hombres. El quarterback de Nueva York se fue hasta las 441 yardas en 54 intentos de pase y no encajó un solo sack en toda la noche.
Después de tres derrotas muy negativas es fácil extraer conclusiones positivas. La línea ofensiva ofreció mejor protección en el pase, lo que posibilitó una buena actuación de Colin Kaepernick. El quarterback fue tratado con guantes por el staff técnico y apenas intentó lanzamientos comprometidos hasta los dos drives finales de anotación. Ahí Kap recordó a su mejor versión lanzando profundo con efectividad a Anquan Boldin (GAME BALL para él) y sacando penalizaciones cuando lo intentó con Torrey Smith. En cuanto los Giants vieron la amenaza aérea, Carlos Hyde pudo soltarse un poco la presión de tener a toda la defensa rival en la caja y consiguió 81 de sus 93 yardas tras el descanso.
Tras el desastre de Arizona y Green Bay se recuperó la cordura y Kaepernick dejó de jugar exclusivamente en shotgun "a lo Peyton Manning". La línea lo agradeció y no quedó tan retratada al realizarse lanzamientos más rápidos y con pockets en movimiento. No obstante, Marcus Martin y Erik Pears siguen sin dar el nivel y el puesto de guard derecho no tiene dueño.
Muchas incógnitas rodeaban a este equipo antes de empezar la campaña y tras cinco partidos pocas dudas se han resuelto. El ataque ha dado dos de cal y tres de arena, mientras que la defensa ha combinado actuaciones meritorias con otras deficientes. Una semana controla a Adrian Peterson y otra resucita a Chris Johnson. Una limita los daños ante Aaron Rodgers y otra es incapaz de detener al equipo de prácticas de receptores de los Giants. La defensa zonal en cobertura no puede estar más desajustada, NaVorro Bowman está pidiendo a gritos pequeños descansos (ahí puede estar la verdadera razón del fichaje de Gerald Hodges) y a la hora de presionar al quarterback rival sólo Aaron Lynch participa.
Somos el ataque 32 (por no decir el último) en puntos anotados y 29 en yardas conseguidas. En defensa no pinta mejor la cosa, puesto 27 en puntos y 31 en yardas (penúltimos). En conclusión, estos 49ers de 2015 son hasta el momento un mal equipo. ¿Podrá mejorar dada la bisoñez de jugadores y cuerpo técnico? Me gustaría responder a esa pregunta pero ahora mismo no puedo. Los niners son un cúmulo de incertidumbre a todos los niveles y me temo que lo seguirán siendo durante toda esta temporada.